Aquí faltan 68 mujeres
El primer año de plena aplicación de la Ley contra la Violencia de Género se salda con una víctima cada cinco días
Miguel, Fredy, Pedro y Manuel: cuatro agresores más. Catalina, María Elena, María y Alicia: cuatro mujeres menos. Ellos las mataron. Y fueron muchas más: 68 vidas de mujer menos en 2006, segadas por hombres que dijeron amarlas. Una sangría que continúa en el primer año de aplicación plena de la Ley Integral contra la Violencia de Género. Una norma aprobada por unanimidad y destinada a combatir un problema viejo, antaño privado y ahora público. Una ley que endurece las penas a los hombres que maltraten. Pero que, de momento, no cambia una costumbre: la maté porque era mía. O porque quiso dejar de serlo.
Una víctima de la violencia machista casi cada cinco días a lo largo de este año. Ocho muertas más que en 2005, cuatro menos que en 2004... El recuento, que empezó a hacerse apenas una década atrás, no para de aumentar. "Aunque sólo hubiera muerto una, nos alarmaría. Pero no podemos perder la perspectiva", afirma la delegada del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer, Encarnación Orozco, personada como acusación en cada una de las 68 muertes. "La cadencia de víctimas es sostenida en los últimos años", añade. Desde 1999 hasta hoy, 492 ciudadanas han perdido la vida por la agresión de su pareja o ex pareja, según el Instituto de la Mujer. Pero este ha sido el primer año natural en el que la ley contra la violencia, la primera que impulsó el Gobierno de Rodríguez Zapatero, estaba plenamente vigente.
80 hombres han sido condenados cada día en los 12 primeros meses de vigencia de la norma que endurece las penas a los maltratadores
"Algunas no creen que las vayan a matar y bajan la guardia; pero el agresor es quien mejor conoce a la víctima, y actúa"
"A esta norma se le pide un plus que no se le pide a ninguna otra. Tampoco el Código Penal acaba con los delitos", asegura Orozco. "A la ley integral hay que darle tiempo para que cale en la sociedad. No sólo persigue el maltrato. También apuesta por la prevención. Su fin último es erradicar la violencia, y eso requiere un cambio social", plantea.
"La cifra de víctimas es desoladora", asegura la fiscal de Sala Delegada de Violencia sobre la Mujer, Soledad Cazorla. "Resulta especialmente alta en verano y en torno a la navidad, porque son fechas de mayor convivencia y de relaciones familiares más estrechas. Comprendo que la gente se alarme", prosigue la mujer que coordina la actuación de los fiscales especializados en combatir el maltrato. "Lo que ocurre demuestra, justifica y ampara la existencia de la ley integral, pero ninguna ley acaba con un delito. Y, además, este no es un delito como otros. Median relaciones afectivas. Hay mujeres que no se creen que las vayan a matar y bajan la guardia. Pero el agresor, que es quien mejor conoce a la víctima, actúa", añade Cazorla.
Como ocurre año a año, la mayoría de las fallecidas en 2006 no había presentado denuncia. Según los datos que maneja el Gobierno, que dejan fuera del recuento a las tres últimas víctimas, sólo 20 habían denunciado a su agresor. De ellas, 14 solicitaron -y obtuvieron- una medida de protección, generalmente una orden de alejamiento dictada para su maltratador. Pero sólo estaba vigente en 10 casos (tres mujeres renunciaron a ella y en el otro caso el agresor resultó absuelto). De la decena que perdieron la vida pese a contar con una medida para protegerla, cuatro permitieron al agresor que quebrantara el alejamiento.
Pero también murieron otras seis mujeres cuyos maltratadores se saltaron el alejamiento sin que nadie lo impidiera. "Eso es una llamada de atención. Hay que mejorar la respuesta a las mujeres protegidas", afirma la delegada Orozco. De ahí que las últimas medidas de choque, aprobadas por el Gobierno a mediados de este mes, incluyan ofrecer un servicio de teleasistencia a todas las víctimas cuyos agresores cuenten con una orden de alejamiento. Hasta ahora, la entrega gratuita de ese transmisor para alertar de cualquier peligro se limitaba a las mujeres con orden de protección (una medida temporal hasta que se celebra el juicio). La otra opción, dado que el Gobierno considera inviable dar escolta policial a todas las maltratadas, son las pulseras electrónicas, aún sin generalizar por problemas técnicos, según el Ejecutivo.
"El balance de víctimas de este año es malo, pero eso no significa que no se haya avanzado", asegura la magistrada Montserrat Comas, presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial. "La ley contra la violencia es un buen instrumento y terminar con esa lacra ya se ha convertido en una prioridad política y social", valora. A su juicio, "los resultados son lentos porque se trata de un problema complejo, ya que se mezcla una situación de violencia con la pervivencia de sentimientos, con la dependencia emocional". Ana María Pérez del Campo, de la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, asegura: "Las muertes no son responsabilidad de la ley. Hace falta más tiempo para ver sus resultados".
"Sólo con penas más duras no se acaba con hechos criminales. Junto con el endurecimiento del castigo se necesitan otras medidas, sobre todo de sensibilización social, de educación en la igualdad, de prevención. Creernos la igualdad entre mujeres y hombres es el mejor antídoto contra esta violencia", reflexiona Cazorla. Pero también cree que la norma tiene aún puntos flojos. El Gobierno quiere corregirlos con el plan de choque recién aprobado.
Dotado con 48 millones de euros, el plan permitirá, entre otras cosas, duplicar hasta 82 los juzgados que sólo se dedican a atender a las maltratadas. Los tribunales, algunos de ellos "sobrecargados" según Comas, han trabajado a buen ritmo. Entre julio de 2005 y junio de este año, los distintos órganos judiciales condenaron a 29.356 maltratadores, siete de cada 10 juzgados. Una media de 80 condenados por día. "Esto es gracias a la nueva ley y a la actuación de jueces, fiscales y policías. Antes se absolvía a siete de cada 10", asegura la magistrada.
También en 2007 se desarrollará el plan de sensibilización y prevención, la última medida pendiente. Como recuerda Ángeles Álvarez, de la Fundación Mujeres, "este año la ley integral ha estado plenamente vigente, pero no totalmente desplegada". Acaba 2006. Faltan 68 mujeres.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.