La discriminación por edad es la que más sufren los ciudadanos europeos
El eurobarómetro revela que el 22% de encuestados ha sido testigo de un acto de racismo
La discriminación que más habitualmente sufren los ciudadanos europeos es en razón de la edad. Así lo constata un eurobarómetro presentado por la Comisión Europea para lanzar su campaña por un mayor conocimiento de los derechos contra la discriminación en la UE. El 5% de los entrevistados (ciudadanos comunitarios) dice haber sufrido una situación de discriminación por su edad. La siguiente causa de discriminación es el origen étnico, algo de lo que se quejan especialmente los jóvenes. El 22% de los europeos dice haber presenciado una injusticia de este tipo.
Ni la religión, ni la discapacidad física ni la orientación sexual. La discriminación más importante de la que son objeto los ciudadanos europeos es la edad, un factor que resulta determinante cuando se está buscando trabajo. Los ciudadanos que más la sufren son los que tienen entre 45 y 65 años y los más jóvenes, entre 15 y 24. Los datos europeos de desempleo confirman sobre todo el sentimiento juvenil: el paro en esa franja de edad duplica la tasa de paro general (15,8% de la población activa frente al 8,1%).
El 5% de los entrevistados dice haber sufrido una situación de discriminación en razón de la edad, mientras que la siguiente causa de discriminación entre los ciudadanos es la raza o el origen étnico (3%), algo de lo que se quejan especialmente los más jóvenes, bien porque son más sensibles a esta cuestión, bien porque entre los más jóvenes europeos hay mayor diversidad racial, explica Eurostat. Las siguientes causas discriminatorias son la religión o convicciones religiosas (2%), la minusvalía (2%), las dificultades en el aprendizaje o una enfermedad mental (2%) y la orientación sexual (1%).
Las cosas cambian cuando a los europeos se les pregunta por los actos de discriminación de los que han sido testigos. La raza y el origen étnico figura en primer lugar (22%), seguida de la dificultades en el aprendizaje y las enfermedades mentales (12%), la minusvalía (11%), la religión (9%), la edad (6%) y la orientación sexual (6%).
La comisaria europea de Empleo y Asuntos Sociales, Anna Diamantopoulou, facilitó ayer todos estos datos para lanzar una campaña europea que durará cinco años contra la discriminación. La campaña lleva el eslogan: "Nuestras diferencias hacen la diferencia". La mayor parte de los ciudadanos europeos está totalmente en contra de cualquier tipo de discriminación, que consideran injusta en todas las circunstancias y por cualquier motivo. El 82% así lo cree; un porcentaje que, sin embargo, se eleva hasta el 89%, el mayor de la UE, entre los ciudadanos españoles. Los menos resueltos contra la discriminación parecen ser los alemanes, los austriacos y los belgas.
La finalidad principal de la campaña no es, por tanto, sensibilizar a los ciudadanos sobre esta cuestión, sino, sobre todo, sobre sus derechos: según el Eurobarómetro, sólo uno de cada tres europeos sabría cuáles son sus derechos si fuera víctima de una discriminación, un porcentaje que sólo se rompe en Finlandia, donde el 70% de la ciudadanía sí los conoce.
Para Diamantopoulou, esta falta de información que sufren los europeos es un déficit de conocimiento que hay que corregir. Para ello pidió la colaboración de los países miembros de la UE y citó el caso de España y otros cinco países. Estos muestran graves problemas y una demora importante en la adopción de las normas antidiscriminatorias contra los casos ahora estudiados que fueron aprobadas en 2000. Sólo Bélgica y Suecia han aprobado ya unas leyes que trasladan a la normativa nacional la directiva europea.
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