El clero guipuzcoano recibe al obispo Munilla en pie de guerra
Tres de cada cuatro párrocos firman que "no es la persona idónea" para el cargo
En un gesto sin precedentes, el clero guipuzcoano hizo público ayer su rechazo al nombramiento del hasta ahora obispo de Palencia, José Ignacio Munilla, al frente de la diócesis de San Sebastián en sustitución de Juan María Uriarte. El 77% de los párrocos manifestó su "dolor y profunda inquietud" ante la llegada de un hombre refractario al nacionalismo y alineado con las doctrinas más conservadoras del presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Rouco Varela. La designación es percibida, según explicaron los firmantes en un comunicado, "como una clara desautorización de la vida eclesial de nuestra diócesis" y un intento de "variar su rumbo" que, advierten, encontrará resistencia.
El prelado, alejado del nacionalismo, era el candidato de Rouco Varela
"En modo alguno es la persona idónea para desempeñar el cargo de obispo y pastor de nuestra Diócesis", reza el texto secundado por 131 sacerdotes, entre ellos 85 de los 110 párrocos y la inmensa mayoría de los arciprestes. "Conocemos de cerca la trayectoria pastoral de don José Ignacio Munilla como presbítero, profundamente marcada por la desafección y falta de comunión con las líneas diocesanas", añade.
Todo indica que la identificación sociológica y cultural entre el clero vasco y el nacionalismo choca de manera frontal con la llegada de Munilla, impuesta por el Vaticano. Roma, que ha terminado por asumir las tesis de Rouco Varela sobre la necesidad de reconvertir la Iglesia vasca, desoyó los intentos del propio Uriarte, de 76 años, de situar en la diócesis a un prelado con un perfil más aceptable para la comunidad eclesiástica guipuzcoana, como el obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi.
"Manifestamos nuestra disconformidad y desaprobación con la intencionalidad y el procedimiento seguidos", prosiguen los firmantes. "Lamentamos y deploramos que en una cuestión tan trascendental como esta no se haya tenido en cuenta ni respetado el sentir de nuestra Iglesia", recalcan. Los sacerdotes insisten en manifestar su "apoyo y adhesión" a la línea pastoral y estilo eclesial forjado hasta ahora en la diócesis, "en fidelidad al espíritu del Concilio Vaticano II". También refuerzan su voluntad y compromiso de "seguir caminando en coherencia con las opciones pastorales" mantenidas a lo largo de los últimos años. El clero guipuzcoano se mostró convencido de que seguirá recibiendo la "colaboración de tantos y tantos creyentes" para afrontar la "incertidumbre" que conlleva la llegada del nuevo obispo.
Molestos tanto por el fondo como por la forma, a finales de noviembre, cerca 200 miembros de la diócesis de San Sebastián hicieron público un primer rechazo al nombramiento y pidieron al nuevo obispo que no tome "decisiones que creen mayor división". Con el texto de ayer, el clero guipuzcoano opta por elevar el tono cuando faltan semanas para que Munilla inicie, el próximo 9 de enero, su ministerio en la capital guipuzcoana. La reacción y la dureza del lenguaje utilizado superan de lejos lo ocurrido en otros nombramientos de prelados en Euskadi que no contaban con el visto bueno de las bases, como los de Ricardo Blazquez y Mario Iceta en el obispado de Bilbao. Aunque en ambos casos el clero local mostró ciertas reticencias, los ataques más duros vinieron de dirigentes políticos y no de sus bases.
Aunque nacido en la capital guipuzcoana y vascoparlante, Munilla realizó su formación en el integrista seminario de Toledo, hasta su ordenación en 1986 por el entonces obispo de San Sebastián, José María Setién. Después de varios años en dos parroquias de Zumárraga (Guipúzcoa), Munilla se convirtió en junio de 2006 en el obispo más joven de España al ser situado con 44 años al frente de la diócesis de Palencia. Está en plena sintonía con el sector más conservador de la Iglesia católica española -afirmó que quienes voten en favor la nueva ley del aborto eran "cómplices" de asesinato-. El PNV también ve en la llegada de Munilla un intento de "despersonalizar" a la Iglesia vasca. "No hay nada más a la derecha" que él, afirmó el líder del PNV en Guipúzcoa, Joseba Egibar.
A finales de noviembre, en una carta a quienes serán sus nuevos fieles, Munilla, de 48 años, se mantuvo al margen de la controversia y se limitó a presentarse como "enviado por Nuestra Madre Iglesia" y a pedirles "ayuda" para sacar adelante la tarea que le encomendó Benedicto XVI. Agradeció al Papa la confianza depositada en él, y a su antecesor, Juan María Uriarte, "por su acogida paternal" y "sus sabios consejos". El día que tuvo que anunciar el nombre de su sucesor, Uriarte optó por no comparecer y enviar un vídeo en el que pidió a los fieles que reconozcan a Munilla como su "legítimo pastor".
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