La causa climática se hunde aún más en EE UU
700 científicos luchan contra el creciente escepticismo que gana peso político
La comunidad científica de Estados Unidos se ha movilizado para luchar contra la regresión en la batalla contra el cambio climático. Justo a una semana de que el Partido Republicano, escéptico en materia de calentamiento, lograra la mayoría de escaños de la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas, y a tres de que se celebre la cumbre del clima de la ONU, en México, más de 700 científicos se han volcado en dos campañas informativas para contrarrestarel creciente escepticismo ciudadano reflejado en nuevas encuestas -cada vez más norteamericanos pone en duda la existencia misma del calentamiento global-, que ha llegado al legislativo y puede frenar las normas para reducir emisiones de CO2 .
Cae 20 puntos el porcentaje de gente que cree que sube la temperatura
Un creciente número de norteamericanos cree que no hay evidencias de que la tierra esté sufriendo los efectos del calentamiento. Lo confirma un reciente estudio del centro de análisis Pew, publicado a finales de octubre. Según ese sondeo, solo un 59% de los norteamericanos cree que exista el cambio climático. La cifra ha decrecido en un 20% desde 2006. Los votantes conservadores son más escépticos. Solo un 38% de los electores republicanos cree que haya pruebas científicas de que la Tierra se esté calentado. La cifra es menor, un 23%, entre los que simpatizan con el movimiento ultraconservador del Tea Party, liderado por políticos extremadamente escépticos, como Sarah Palin.
Ante datos como estos, el profesor Tom Abrahams, de la Universidad de St. Thomas, en Minnesota, ha decidido crear un grupo de respuesta rápida a las dudas de ciudadanos e informadores sobre las complejidades del cambio climático. De momento, unos 40 investigadores se han inmiscuido en la iniciativa. "No puedo creer que haya un 97% de científicos que mantienen que el calentamiento es un hecho y que eso no se traduzca en la misma unanimidad entre la ciudadanía", asegura. "Por eso decidí crear este equipo de intervención urgente. Al margen de la política, porque no creemos que este sea un asunto político, queremos, simplemente, comunicar algo que entendemos que es ciencia, sin más".
Junto a ese equipo informativo, la mayor asociación de científicos que estudian ciencias de la tierra y el espacio, la American Geophysical Union, va a retomar una iniciativa que organizó durante la cumbre del clima de la ONU en Copenhague de 2009. Un equipo de unos 700 científicos informará sobre cambio climático a los periodistas de todo el mundo que asistan a la Cumbre de Cancún (del 29 de noviembre y el 10 de diciembre), como estrategia para instruir sobre el calentamiento a la ciudadanía. "Creemos que es un servicio necesario porque los informadores necesitan aclaraciones sobre hechos científicos complejos", explica Christine McEntee, directora ejecutiva de la asociación. "Nuestros miembros tienen el compromiso de proporcionar información precisa y de calidad a la ciudadanía".
Se trata de un empuje de la comunicad científica para comunicar algo que define como un hecho pero que encuentra todavía un elevado grado de escepticismo entre una buena parte de la población. Esa desconfianza se vio agravada por la revelación, en 2009, de que numerosos científicos de renombre habían exagerado los efectos de la contaminación, tras el robo y difusión de miles de correos electrónicos y documentos de los servidores de la universidad británica de East Anglia. Aquel escándalo, conocido como Climagate, provocó una investigación interna de la propia ONU, que en agosto concluyó que debía renovarse íntegramente el comité que produce sus informes científicos sobre cambio climático.
Esto coincide con la próxima llegada a Washington de una mayoría política escéptica en materia medioambiental. En junio de 2009, la Cámara de Representantes aprobó, bajo la presidencia de Nancy Pelosi, una ley que hubiera limitado, por primera vez en la historia de EE UU, la emisión de gases por parte de centrales energéticas, refinerías y fábricas y que hubiera reducido la contaminación en un 17% hasta 2050. Esa ley no fue ratificada en el Senado y, con las elecciones de la pasada semana, ha recibido una estocada mortal. Los republicanos ganaron la mayoría de la Cámara. De sus 243 escaños, 28 pertenecen a políticos asociados con el Tea Party.
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