El brazo ejecutor de la asistencia social

Las ONG y la Administración se necesitan mutuamente. Las primeras porque buena parte de su financiación procede de fondos públicos; la segunda porque, a través de estas organizaciones, acerca el Estado de bienestar al ciudadano. "Las ONG se pueden permitir algo que no pueden hacer las administraciones: diversificar la oferta de servicios a la población necesitada. La atención a personas en dificultades como drogodependientes, mujeres maltratadas, ex presos, enfermos crónicos, etc., siempre puede ser más a la medida y más a la carta cuando se desarrolla con financiación pública pero a través de organizaciones de voluntariado", explica José Luis Monzón, director del Observatorio Nacional de la Economía Social.

Seis de cada diez euros de la financiación de las entidades procede de las arcas públicas

"El Estado podría ofrecer una renta mínima de inserción pero es muy difícil que dé cariño, cercanía...", explican en Cáritas

Ambas partes se complementan y caminan de la mano e incluso en algunos casos confunden sus atribuciones. La frontera entre la acción del tercer sector -la labor de las entidades sin ánimo de lucro- y las obligaciones del Estado se ha ido difuminando en los últimos años, a juzgar por lo que cuenta el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora. "En España, no solo se ha dado una privatización de los servicios públicos sino además una oenegeización. Lo dicen los sociólogos y politólogos, se ha visto en los números. En Cáritas entendemos que nuestro papel nunca debe ser supletorio, sino complementario y subsidiario: el Estado podría ofrecer una renta mínima de inserción pero es muy difícil que dé cariño, cercanía, vinculación humana, comunitaria...". En otros momentos, sin embargo, actúan prácticamente sustituyendo a la Administración. "Aunque el Estado debería garantizar una renta mínima para toda persona, esto no sucede. Más del 40% de las personas que acuden a Cáritas vienen derivadas de los ayuntamientos y las corporaciones locales. Hay cosas que estamos asumiendo porque el Estado no las está haciendo, aunque le correspondería", añade.

En contraprestación, las entidades del tercer sector utilizan el canal público para conseguir su financiación. Seis de cada diez euros de los fondos de las ONG provienen de las administraciones, según datos del anuario publicado en 2010 por la Fundación Luis Vives y la Obra Social de Caja Madrid. El 24% corresponde a financiación privada y cerca de un 15% a recursos propios (ventas, contratos, sorteos...). Estos porcentajes varían en función del tamaño presupuestario de las entidades. Las de tamaño medio son las que dependen más de las arcas públicas, mientras que las más pequeñas (con ingresos por debajo de 30.000 euros) y las más grandes (por encima de un millón de euros) viven principalmente de los fondos privados, según el informe. Esta dependencia de las aportaciones particulares es, además, la forma que tienen las organizaciones con más peso presupuestario de mantener su "independencia", según la vicepresidenta de Manos Unidas, Soledad Suárez.

La financiación

El hecho de que las grandes entidades se financien sustancialmente por medio de sus socios y de sus propios recursos no quita para que sean, por su volumen, las que más fondos públicos reciben. "En Cáritas, los fondos privados representan el 62%. Pero es una entidad singular [con especial vinculación al Estado o a la Iglesia, como la ONCE o Cruz Roja]. Si se eliminan del tercer sector de la acción social estas entidades, la financiación pública supondría cerca del 80%", explica Mora.

El dinero no se entrega sin más a las ONG. Toda la financiación estatal se distribuye por medio de subvenciones a proyectos concretos presentados por las organizaciones y que tienen que cumplir unos criterios mínimos de calidad (ver epígrafe séptimo de la convocatoria del Ministerio de Sanidad). "De esta manera, los proyectos siempre están en concordancia con lo que la Administración pública plantea", apunta el secretario general de Cáritas.

La crisis ha empezado a notarse en la financiación pública. "Especialmente, en las subvenciones de los gobiernos autonómicos", asegura la vicepresidenta de Manos Unidas, "pero, a cambio, las aportaciones de algunos socios han aumentado". También en Cáritas "los fondos privados han aumentado en nueve millones de euros" y "los públicos en cuatro", según Sebastián Mora.

El recorte no ha llegado aún a la asignación de subvenciones con cargo al IRPF, que se ha incrementado en 15 millones de euros en 2010 respecto al año anterior. Es un aumento que refleja el 0,7% destinado por los contribuyentes que marcan la casilla de "otros fines sociales" en la última declaración de la renta. Pero es posible que la crisis no se refleje porque los datos se corresponden con la declaración de 2009 que, a su vez, se basa en las rentas percibidas en 2008, cuando la situación económica no afectaba tanto a las familias. "Los fondos públicos van a bajar sustancialmente el año que viene. El Gobierno estima la reducción en un 10% aproximadamente", apunta el secretario general de Cáritas. Donde sí ha empezado a notarse la recesión ha sido en la demanda de ayuda que llega a su entidad: "Nuestro servicio de atención primaria, el programa que atiende las necesidades basicas como la alimentación, vestido, casa, pago de suministros, farmacia..., ha pasado de ayudar a 400.000 personas en 2007 a 800.000 en 2009". Menos dinero para más necesidades.