Los acusados piden perdón sin desvelar dónde está Marta
El juicio queda visto para sentencia condicionado por la condena a El Cuco
Cierre sin sorpresas. La última esperanza de la familia de la desaparecida Marta del Castillo por conocer el destino del cuerpo de la menor gracias al arrepentimiento de los acusados se difuminó ayer. El juicio quedó visto para sentencia y los cuatro adultos imputados pidieron perdón a los familiares de Marta en su turno de última palabra, pero ninguno arrojó luz sobre dónde supuestamente escondieron el cadáver hace ya casi tres años. Finaliza el juicio y ahora el tribunal dictará una sentencia con un incómodo precedente: un juez de menores ya rechazó el relato de hechos de la fiscalía y absolvió de violación y asesinato al menor Javier García El Cuco, y lo condenó solo por encubrimiento.
"Pido perdón a la familia de Marta. No fue mi intención causarle tanto daño. Si supiera dónde está el cuerpo, lo diría", dijo el principal acusado, Miguel Carcaño, minutos antes de la finalización de un juicio que ha abarcado 19 sesiones. Era la primera vez que el autor confeso del crimen se disculpaba, después de 13 declaraciones policiales y judiciales, y múltiples versiones. La fiscalía pide para él 52 años de cárcel por asesinato y dos delitos de violación. Ayer, la madre de la menor, Eva Casanueva, dijo que las disculpas llegan "muy tarde". "Ni siquiera nos ha mirado a la cara", recordó.
Tras Carcaño, su amigo Samuel Benítez, que ante la policía relató cómo arrojó el cuerpo al río Guadalquivir, negó saber nada de su paradero. "Marta era amiga mía y yo no he tenido nada que ver". A continuación, Javier Delgado hizo lo propio y negó que su hermano, Miguel Carcaño, le informara del crimen que había cometido. "Solo confié en mi hermano y le apoyé. No hay nada que pueda hacer para aliviar ese dolor que como padre entiendo", afirmó. Finalmente, su pareja, María García, dijo entre lágrimas que ignoraba el destino de Marta, pese a que se encontraba en el piso cuando según la fiscalía los acusados envolvieron el cuerpo para trasladarlo a un lugar desconocido.
El abogado de la imputada intentó desacreditar al testigo sorpresa, que compromete seriamente su relato. Fue un taxista que aseguró haber trasladado a su novio, Delgado, hasta el piso donde murió Marta poco después de la medianoche, cuando ella, supuestamente, estaba estudiando en el salón. El letrado recordó en sus conclusiones definitivas la "dramática pobreza probatoria": "Tres años más tarde se presenta un increíble taxista que observa que la bolsa de plástico de Delgado llevaba dos nudos". El abogado alegó que no existen pruebas científicas que impliquen a García en el crimen. Mientras, el abogado de Delgado defendió que este pasó de "director de orquesta" para deshacerse del cuerpo de Marta, a ser exculpado de la escena del crimen por el resto de imputados. El letrado de Benítez criticó la investigación policial llevada a cabo y argumentó que la "cadena de acompañamiento" del acusado no se rompió esa noche, pese a que la fiscalía dijo que durante una hora sus amigos le dejaron sin coartada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.