La UE levanta la alerta sanitaria
La Comisión Europea confirma que los análisis de las verduras españolas han dado negativo - Todas las pesquisas se centran ahora en Alemania
La Comisión Europea levantó anoche la alerta sanitaria sobre las verduras españolas. Ni los análisis españoles ni los alemanes han encontrado la bacteria E. coli peligrosa en los pepinos españoles, informa Ricardo Martínez de Rituerto. Así, todas las pesquisas que buscan el origen del brote se centran ahora en Alemania. La noticia era esperada con ansiedad en Almería, principal exportadora de pepino, que ha sufrido millonarias pérdidas a diario desde el pasado viernes por una alerta que se ha revelado ahora injustificada.
Ayer, el vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, se desplazaron a la ciudad para reunirse con el sector. A Rubalcaba hay un dato que le pareció singular para exculpar a España, y es que los primeros ingresos por infección de la bacteria E. coli se produjeron "con anterioridad" a la llegada de la partida de pepinos que crecieron en 13 invernaderos de Almería y se comercializaron a través de una empresa malagueña.
Los agricultores demandan un nuevo sistema de trazabilidad
Los productores estudian demandas contra los causantes de la alerta
A falta de saber el momento de la contaminación, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) considera que es el momento de modificar la normativa europea y crear un sistema de trazabilidad de los productos, que existe para su seguimiento desde su plantación hasta su recolección, manipulado y envasado, pero falta en el transporte y posterior comercialización en destino. Cerca de una decena de países de la UE continúan sin comprar frutas y hortalizas frescas españolas y las heridas tardarán en sanar porque el temor no solo se ha apoderado del consumidor internacional, sino también del nacional.
Pese a la noticia, los agricultores creen que "el daño ya está hecho". "El consumidor alemán lleva demasiado tiempo oyendo la cantinela de que los productos españoles no son buenos, así que esta alarma ha caído como una bomba", decía ayer Paco Sola, coordinador de la sociedad hortofrutícula Naturechoice. Algunos de los afectados no saben si les conviene recoger el producto aunque el mercado se abra porque los precios se han desplomado.
Juan Cervilla se debatía ayer en su plantación de pepinos. A su lado esperaban dos mujeres rumanas. Desde su cooperativa no recibía buenas noticias. "Si no hay pedidos, no recojo el fruto, tendremos que aguantar a ver, pero a estos precios tampoco sale rentable recogerlo", decía. Efectivamente, en las alhóndigas, donde se subastaba la verdura, los precios eran irrisorios para berenjenas y pimientos, que en algunos casos no superaban los 10 céntimos el kilo.
Organizaciones, productores y agricultores afectados por la acusación alemana estudian emprender acciones legales contra quienes señalaron a Almería como causante de muertes y enfermedades. No están solos. El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, anunció ayer que la Abogacía del Estado estudia las acciones legales disponibles para pedir indemnizaciones.
Los despidos en el sector agrícola han aumentado y cerca de 1.000 personas han perdido ya su empleo entre Almería y Granada, según la interprofesional de frutas y hortalizas, Hortyfruta.
Esto también se considera un daño colateral. Mientras, la indignación entre las organizaciones agrarias ha llevado a la COAG a solicitar el boicoteo a los productos alemanes y a los supermercados Aldi y Lidl, que aún mantienen colgados carteles en los que se advierte de que los productos españoles están prohibidos.
"Alemania nos ha pegado un tiro. Nosotros no vendemos muerte, vendemos alimentos y hay que tener claro quiénes son los culpables", argumentó Miguel López, secretario general de la COAG, organización que no descarta movilizaciones y advierte de que no descansará hasta que depurar responsabilidades.
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