El Pirineo ve nacer dos oseznos
La población del plantígrado crece pese al rechazo de ganaderos y cazadores
El oso pardo se recupera de forma lenta pero sostenida en el Pirineo. Al menos dos oseznos nacidos el pasado invierno han sido avistados este año y los guardas forestales intentan confirmar que los indicios hallados correspondan a un tercer cachorro, según el Consejo General de Arán, el Gobierno autónomo de esta comarca de Cataluña. La población de plantígrados en la cordillera se estima en unos 25 ejemplares. Hace 15 años, cuando se consideró prácticamente extinguida la población autóctona, Francia empezó la reintroducción de la especie con tres ejemplares de Eslovenia, prácticamente iguales genéticamente a los pirenaicos.
La expansión del oso en el Pirineo -vive en parte de Aragón, Cataluña y Navarra, además de la vertiente francesa- sigue topándose con el rechazo de las instituciones de la zona. "Su presencia solo causa problemas y Francia no nos consultó si lo queríamos", asegura Jose Enrique Arró, consejero del Gobierno aranés, que asume las posiciones de ganaderos y cazadores contra el oso. Ecologistas y los Gobiernos español y francés, por su parte, siguen defendiendo la presencia del animal. Entre los vecinos, las posiciones están divididas: una encuesta hecha en febrero mostró que el 45% de la población del valle estaba a favor del oso y el 42,3% en contra.
La población total en la cordillera se estima en 25 ejemplares
"Al principio, era lógico el enfado en el valle de Arán, porque los franceses no implicaron a Cataluña en el proyecto", explica el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomares. "Pero ahora se ha convertido en un debate sin argumentos", afirma, a la vez que invita a "despolitizar al animal". "Se está demostrando que la cohabitación entre plantígrados y humanos es posible".
Aún se desconoce el sexo de los oseznos nacidos este año. Su nombre, como se ha hecho en los últimos años para tratar de estrechar lazos entre la población y el oso, será elegido por los alumnos de las escuelas de las localidades españolas y francesas en las que habita el animal.
Las noticias del nacimiento de los dos cachorros llega poco después de conocerse el primer ataque del verano de un oso pardo a ganado del Valle de Arán. A principios de semana, un ejemplar mató a dos ovejas preñadas. En 2010, el Gobierno del valle abrió una quincena de expedientes por ataques similares. Las indemnizaciones totales superaron por poco los 5.000 euros. Por cada ataque el ganadero recibe 90 euros, a los que se suman entre 45 y 350 por animal muerto (según especie y edad) y otros 45 euros si es una hembra preñada.
A diferencia de Francia, donde los ataques a ovejas son diarios, los expertos coinciden que en Cataluña se trata de accidentes puntuales. Pese a ello, ganaderos y cazadores mantienen su rechazo frontal. Los ecologistas alertan de la picaresca que rodea a algunos de los ataques. "La muerte de algunos por otras causas se quiere hacer pasar como un accidente provocado por el oso", afirma Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS).
Entre los aspectos positivos de la reintroducción del oso se valora, además de la actividad turística potencial que conlleva, la exigencia del animal al elegir su habitat. El hecho de que se haya instalado en el Pirineo occidental catalán, en el linde con Francia, demuestra la biodiversidad existente en la zona y la calidad de sus bosques. "Hay que realizar un proceso de sensibilización social y consolidar el apoyo en el sector rural con mecanismos de control e indemnizaciones rápidas y eficaces", apunta Hartasánchez.
Otra de las comarcas catalanas que recibe la visita del plantígrado es la del Pallars Sobirà. Sumó dos ataques en 2010, pero el presidente del consejo comarcal, Llàtzer Sibís, asegura que están "a la expectativa". El municipio de Isil inaugurará la Casa del Oso, un centro que pretende atraer a los turistas interesados en el plantígrado. Pese a que la promoción es escasa en el Valle de Arán, también aquí se aprovecha de la "imagen tan pontente que tiene el oso", según Palomares. La localidad aranesa de Arties alberga un reciento cerrado en el que viven en cautividad una pareja de osos. "Es el mayor reclamo turístico del pueblo", sostiene el alcalde pedáneo David Torres. En los próximos meses, además, se abrirá el parque de visualización de fauna del Arán en el que el mayor atractivo será el oso.
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