Gabi, la última evacuada de La Restinga
Una mujer alemana se ha resistido hasta esta mañana a abandonar su vivienda
La Restinga, el pueblo más meridional de España, ha quedado, ahora sí, totalmente evacuado. Ayer, hacia las 14.15 hora local, el Gobierno de Canarias ordenó su desalojo preventivo ante la posibilidad de que se produjera otra erupción más cerca de la costa y más dañina tras la registrada el pasado lunes en el mar a unos cinco kilómetros de la localidad y 900 metros de profundidad. Pero una mujer, Gabi, de origen alemán y de unos 60 años, decidió quedarse. Hasta esta mañana, cuando unos vecinos la han convencido para marcharse a El Pinar, la capital del municipio.
Gabi acudió ayer al punto de encuentro establecido para el caso de evacuación, el campo de fútbol, situado en lo alto del pueblo. Su imagen, acompañada de sus perros, fue incluso portada de algunos medios de comunicación (como la versión impresa de EL PAÍS). Sin embargo, luego decidió volver a su casa y encerrarse allí con una de sus perras. Su compañero sí accedió a marcharse y se llevó consigo a los otros animales de compañía que tiene la pareja.
La Guardia Civil intentó ayer infructuosamente que Gabi abandonara el pueblo, para el que regía el nivel rojo de alerta (evacuación preventiva). Pero esta mañana Chiqui, otro vecino del pueblo, la ha convencido para que se subiera a su vehículo y se trasladara a El Pinar, donde se alojará en casa de una amiga.Chiqui colabora con las autoridades trasladando desde El PInar a los vecinos a quienes los agentes han permitido acceder durante un rato a la localidad para sacar algunos objetos o medicinas, olvidados con las prisas.
"La encontramos por la calle con su perrita y le dijimos que se viniera", cuenta Chiqui. Según Fernando Gutiérrez, presidente de la cofradía de pescadores y vecino de Gabi, la mujer vive en la calle La Orchilla con cuatro perros y cinco o seis gatos, se dedica a trabajar el cuero y "no molesta a nadie".
Gutiérrez se encontraba de visita en Valverde, la capital de la isla, para pedir a las autoridades que permitieran a los pescadores sacar del puerto de La Restinga sus barcos. Cincuenta familias viven de la pesca en el pueblo y piden que se les permita faenar hasta que dure la evacuación en otros puntos de la isla. En un radio de cuatro kilómetros con centro en el punto más meridional del pueblo (y de España) quedaron ayer prohibidas la pesca y cualquier actividad recreativa, incluido el buceo, uno de los atractivos del lugar.
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