Alerta por el aumento de acoso a menores en la Red
Policía y Guardia Civil avisan de que la mayoría de los delitos no se denuncian
Un agresor con 250 víctimas; otro con 50, una de las cuales llegó a suicidarse... Los acosadores sexuales tienen una capacidad limitada para agredir en la calle, pero en la Red sus posibilidades se multiplican. No tienen fronteras. Pueden acercarse a chicas y chicos de cualquier edad y lugar guarecidos bajo múltiples personalidades falsas. Jorge Miranda, El Camaleón, acumuló más de dos centenares de víctimas. El acoso llegó a ser tan brutal en algunos casos que una de las chicas envió a su madre este mensaje desesperado: "Mamá, no aguanto más. La única salida que me queda es suicidarme".
La Policía Nacional y la Guardia Civil han intensificado su campaña contra el ciberacoso -sexual y el ciberbullying, el acoso escolar trasladado a Internet- haciendo hincapié en la necesidad de la denuncia. Al igual que sucede con la violencia de género, aseguran que existe un altísimo porcentaje de criminalidad oculta que debe aflorar para que estos delitos puedan combatirse con efectividad. De las 250 víctimas halladas en la Operación Camaleón -en el ordenador del agresor-, solo tres habían denunciado. La vergüenza que sienten los chavales, especialmente cuando se trata de acoso sexual y han accedido a alguna de las demandas de su acosador, como enviar una foto en topless, impide que se atrevan a hablar con los padres o a acudir a la policía o la guardia civil y provoca que las agresiones se prolonguen en el tiempo causando graves daños psicológicos a los menores.
El acoso sexual o grooming afecta a ambos sexos, a menores de entre 12 y 17 años -aunque en algunos casos las fuerzas de seguridad han llegado a hallar a víctimas de 9-. "El perfil del agresor es muy variado, pero cada vez nos encontramos con autores más jóvenes", señalan los especialistas de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que ayer ofrecieron una rueda de prensa para alertar del fenómeno. Su página en Tuenti tiene ya más de 55.000 seguidores y ha atendido 1.500 consultas.
Los consejos no se dirigen solo a los jóvenes -a los que recomiendan, entre otras cosas, que guarden todos los mensajes que reciben para poder probar después lo que ocurre-, sino que también animan a los padres a quitar el ordenador de la habitación del niño y situarlo en un lugar compartido de la casa y a estar pendientes de los "paseos" de sus hijos por la Red, de la misma forma que lo hacen cuando estos se van a la calle con sus amigos. Deben preguntarles qué tal lo han pasado y con quién han estado. El ciberbullying suele tener mayor crueldad que en las aulas y es un fenómeno creciente: cada año los agentes intervienen en más de 700 casos relacionados con este delito.
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