_
_
_
_

Absuelto por violar a una mujer cuando dormía con su marido

El Tribunal Supremo (TS) ha absuelto a un hombre que había sido condenado a siete años por violar a una mujer. Al tribunal no le parece verosímil la versión de la víctima, que asegura que fue violada en enero de 2007 mientras dormía en una pequeña habitación junto a su marido.

La víctima asegura que el acusado se metió en su cuarto -separado por una cortina de una sala llena de gente, ya que en la casa se estaba celebrando una fiesta- y, tras pasar por encima de su marido, que había bebido "abundantemente" y estaba dormido a su lado, la violó. En su sentencia, de la que ha sido ponente José Antonio Martín Pallín, el alto tribunal considera que el relato de los hechos realizado por la denunciante "no es demasiado claro y comprensible", teniendo en cuenta que junto a la habitación a la que se retiró a dormir junto a su marido había una sala con varias personas y, en especial, que su esposo estaba a su lado.

Gritos que nadie oyó

La mujer, que en aquel momento estaba embarazada, sostuvo que mientras sucedían los hechos, incluido el forcejeo, intentó despertar a su esposo con las uñas para que le ayudara, sin conseguirlo. Y pese a que gritó y lloró, ninguna de las personas presentes en el salón acudió a ayudarla.

El año pasado, la Audiencia de Madrid consideró al acusado culpable de esa agresión sexual y le condenó a siete años de prisión, a pesar de que el hombre siempre ha sostenido que se trató de "una relación sexual consentida en el entorno de una fiesta en la que se había consumido gran cantidad de alcohol".

Ahora, el Supremo le ha absuelto en una sentencia que sostiene que la versión de la mujer "no tiene el sustento probatorio de cargo necesario para llegar a una condena". "Nos movemos, en un caso como el presente, entre la verosimilitud y la incertidumbre. Los hechos nos sitúan ante unos acontecimientos que por su gestación y desarrollo podrían tener, como diría un clásico, una versión más boccaciana que real", añade la resolución. Además, explica que "resulta casi imposible, dado el reducido espacio, que no se oyeran gritos y lloros procedentes de esa zona". Y concluye que "resulta insólita la situación descrita por la denunciante a la vista del lugar, la forma de llevarse a cabo los hechos y la inmediata proximidad de su marido".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_