Hasta 25.000 euros de multa en Irlanda por blasfemar
Grupos de ateos lanzan una compaña contra la nueva ley que ha entrado en vigor con el nuevo año
Desde las 0.00 horas del 1 de enero de 2010 blasfemar en Irlanda puede salir muy caro: de acuerdo con la nueva ley, una persona puede ser multada con hasta 25.000 euros. La nueva "Ley de Defimación" define como blasfema una expresión "tremendamente abusiva o insultante en relación a una materia tenida como sagrada por cualquier religión, que cause indignación en un substancioso numero de seguidores de esa religión".
Los ateos irlandeses se han unido contra esta ley, y han encontrado en Internet la mejor arma para extender su protesta. Desde la página blasphemy.ie califican la ley "tan ridícula como peligrosa", en palabras de Michael Nugent, uno de los líderes de la campaña. "Es absurda porque las leyes religiosas medievales no tienen sitio en una moderna república secular donde las leyes criminales deben de proteger a la gente y no a las ideas. Y es peligroso porque incentiva la indignación religiosa, y porque estados islámicos encabezados por Paquistan están ya usando la redacción de la ley irlandesa para promover nuevas leyes contra la blasfemia a nivel de la ONU", asegura Nugent. Irlanda es un país de mayoría católica, en cuya Constitución "el Estado reconoce la especial posición de la sagrada Iglesia Católica, Apostólica y Romana".
Una de las primeras medidas de este grupo ha sido la divulgación de 25 frases consideradas como blasfemas , que se atribuyen a personalidades nada sospechosos de injurias contra religiones, como Jesús o Mahoma, escritores como Mark Twain o las polémicas declaraciones del Papa Benedicto XVI en 2006 sobre el islam, y que a juicio de los promotores habrían sido sancionados bajo los criterios de esta nueva ley. En la red social Facebook el grupo contra la ley con más número de seguidores reúne ya a cerca de 5.000 personas.
Varios países europeos mantienen en leyes que castigan la blasfemia. En algunos países como Finlandia la blasfemia puede acarrear pena de cárcel, como en el caso del ultraizquierdista Seppo Lehto, condenado a dos años de prisión por blasfemia e incitación al odio contra el islam. En España el delito de blasfemia fue retirado del código penal en 1988.
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