El artista en crisis ideológica
Consideraciones de un apolítico (1918), que ahora reaparece en castellano, es una bicha negra en la biografía de Thomas Mann. Recoge ensayos de carácter "político" de 1915 y 1918, época en la que el autor de Muerte en Venecia clamaba por una Alemania que fuera "patria moral e intelectual". Aquel artista "burgués" cuestionaba las bondades de la democracia de los aliados, y reaccionaba contra la actividad política de su hermano mayor, Heinrich, quien la defendía con ardor y rechazaba el militarismo germano. Esta obra leída hoy permite comprender la ideología -bastante confusa- del escritor que, encerrado en su torre de marfil, vive sólo para su arte. Siempre a vueltas con su ego, reprimido en lo erótico y sumergido en profunda crisis ideológica, Thomas Mann se cuestionaba cuál era el papel del artista en la sociedad. ¿Acaso debía un autor de su altura transformarse en un mero agitador de masas? Se aferraba a la defensa de la "gran cultura" cuando la cultura en general comenzaba a ir por derroteros populares y democráticos. Quería oponer su "humanismo" al "humanitarismo demagógico". No lo consiguió. Con su díscolo hermano haría las paces, y años más tarde ambos destacarían por sus condenas a Hitler desde el exilio. Las Consideraciones de un apolítico quedaron olvidadas, como síntoma de una época de crisis y de transición en la vida del genial autor.
Consideraciones de un apolítico
Thomas Mann
Introducción de Fernando Bayón
Epílogo de Georg Lukács
Traducción de León Mamés
Capitán Swing. Madrid, 2011
564 páginas, 26 euros
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