El paro 'salvaje' de Euskotren deja sin servicio a más de 100.000 vascos

El trágico accidente de la línea de Euskotren en Lezama tuvo ayer consecuencias para los más de 100.000 usuarios diarios de la compañía. El paro sorpresa de 24 horas convocado por los sindicatos dejó sin tren, autobús, tranvía y funicular a pasajeros de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, que se encontraron con la falta de transporte sin previo aviso ni servicios mínimos.

El caos provocó también una tormenta política. Los nacionalistas cargaron contra el Departamento de Transportes por su "incapacidad" o "falta de agilidad" para resolver el problema. El titular de la consejería, Iñaki Arriola, anunció que se estudiará jurídicamente la decisión del comité de empresa, cuyos miembros "también tendrán que ser mayores de edad para asumir responsabilidades". "Es una empresa de servicio público y estamos al servicio de los ciudadanos", agregó.

La huelga, sin previo aviso, sólo perseguía apoyar al maquinista muerto

El paro dejó sin servicio las líneas de Euskotren entre Bilbao y San Sebastián, el Topo de la capital guipuzcoana, los tranvías de Bilbao -sólo se prestaron los primeros servicios de la mañana- y Vitoria -no circuló en todo el día- y 12 líneas de autobús interurbano en Vizcaya, que unen Bilbao y las márgenes derecha e izquierda -cumplieron el 43,49% de los servicios-. Sólo tres líneas guipuzcoanas se mantuvieron activas por encima del 80%. La línea de Txorierri tampoco circuló.

La huelga salvaje se adoptó en la noche del jueves por el comité de empresa y sin aviso. El desconocimiento llegó hasta los propios trabajadores de Euskotren, ya que algunos trenes o autobuses funcionaron a primeras horas de la mañana. Al mediodía ya estaba todo parado. La protesta fue apoyada por la mayoría de los sindicatos (ELA, CC OO, LAB, CGT y ESK). Pero un sindicato independiente y UGT -al que estaba afiliado el maquinista fallecido, José María Colio, de 50 años- mostraron su desacuerdo. UGT expresó su malestar porque "no nos han consultado para nada".

El paro no tuvo ninguna otra motivación de conflictividad en la empresa o falta de seguridad, según fuentes sindicales. De hecho, el comité aseguró, en la concentración de protesta realizada a mediodía en la estación de Atxuri de Bilbao, que era un "paro de solidaridad por la muerte de un compañero". Además de las críticas de Arriola, la Diputación de Vizcaya -afectada por las 12 líneas de Bizkaibus, que son utilizadas a diario por 9.000 usuarios- aseguró que exigirá responsabilidades a Euskotren al no haber sido anunciada la huelga "con antelación suficiente, lo que ha hecho imposible establecer los servicios mínimos".

El PNV, al igual que EA, censuró la "incapacidad" de la consejería de Transportes para comunicar la huelga y preguntó a Arriola si ha tenido contactos con los sindicatos "para minimizar los inconvenientes que pudieran causar los paros". En cambio, Mikel Arana (EB) criticó la "falta de comprensión" del Gobierno y la Diputación de Vizcaya, porque los trabajadores no han tenido "tiempo" para "organizar de manera reglamentada" el paro. Txarli Prieto (PSE) dijo que un gesto de solidaridad se convirtió en "insolidaridad con miles de ciudadanos".