La economía vasca comienza a temblar
Todos los sectores notan ya la crisis o temen un parón en su actividad
El llamado capitalismo popular nació, creció y murió. El capitalismo desregularizado nació, creció y nadie se atreve a prever cuál será su futuro. Las grandes potencias quieren cambiar las reglas de juego de los mercados financieros. La crisis, que tuvo su origen en las hipotecas tóxicas, se ha convertido en una bola que empieza a afectar a la economía real y nadie sabe hasta cuándo seguirá rodando. Los gobiernos han intervenido los mercados financieros y han inyectado ingentes cantidades de dinero. Los actores económicos (empresas, bancos y familias) esperan un cambio, pero mientras llega han perdido la confianza y restablecerla parece una misión casi imposible. Nadie se atreve a aventurar un plazo. Pensar que este panorama no va a afectar seriamente a la economía real, a las familias y empresas, es un sueño. Pensar que Euskadi puede escapar del descalabro mundial parece otro sueño. La economía vasca ya ha empezado a temblar. El sector que no sufre ya los embates directos se prepara por si llegan. El índice de confianza de los consumidores que elabora la Federación de Cajas de Ahorros Vasco-Navarras marca una tendencia a la baja (ver gráfico).
La obra pública evitará el descalabro por la caída en la construcción de pisos
Hace poco más de seis meses pocos especialistas se atrevían a hacer un pronóstico de la crisis en Euskadi. La economía era equilibrada y el peso de la construcción no resultaba esencial. Entre los pocos que anticiparon en el País Vasco que la crisis tendría efectos directos en la economía real se halla Jesús Ferreiro, profesor de Economía Aplicada de la UPV. Ahora su principal obsesión es el acceso al crédito. Pese a la labor coordinada de gobiernos y bancos centrales, asegura que "los problemas de crédito se van a mantener varios trimestres". Este experto cree que cada vez se va a notar más el descenso del consumo y de la inversión y que la crisis se va a extender a la industria, especialmente a los bienes de consumo duraderos. "La gente va a dejar de consumir", pronostica.
Ferreiro no es el único experto que teme esa falta de dinero y los problemas que puede acarrear en el conjunto de la economía. Joseba Madariaga, profesor de Economía de la Universidad de Deusto y director del departamento de estudios de Caja Laboral, cree también que no se tocará suelo hasta que se resuelva la crisis financiera, de liquidez. A la falta de dinero en el mercado añade la sensación del consumidor de que es menos rico, al caer el precio de su vivienda y perder valor sus ahorros en Bolsa o en fondos ligados a esta.
La precupación por la liquidez se repite entre los empresarios vascos. Eduardo Aretxaga, director de Asuntos Económicos de la patronal Confebask, considera muy claro que la crisis resulta "ya" industrial. Destaca que hay sectores relacionados con el consumo, como la automoción, que padecen directamente la crisis, pero cree que el grado en que afectará al resto dependerá de esos problemas de liquidez. Aretxaga confía en que las medidas tomadas a nivel global para inyectar liquidez al sistema "tengan sus efectos" y que la bajada de tipos ayude.
Los últimos datos de crecimiento económico que el Eustat difundió en septiembre muestran que la industria (un 1% de caída), la construcción (0,3% de bajada) y el sector primario (un 7% de descenso) caen con respecto al trimestre anterior. Sólo se salvan los servicios, con un alza del 1,2%. Lo peor está por llegar y todos los sectores se pueden ver afectados.
CONSTRUCCIÓN El primer frente
El concurso de acreedores de Urazca, el mayor jamás declarado en la comunidad autónoma, con un pasivo de 450 millones de euros, mostró ya en mayo que Euskadi no suponía una excepción a la situación general. La construcción y el sector inmobiliario son los primeros que han sufrido, y con mayor intensidad, los efectos de la crisis.
Es cierto que la construcción tiene menos peso en el País Vasco que en el conjunto de España, pero no lo es menos que el sector pierde empleo: 5.500 trabajadores el tercer trimestre, según los datos del Eustat. Todo el sector no puede contemplarse de forma homogénea. El gran damnificado es la construcción de viviendas por el parón de ventas. Madariaga asegura que el efecto de la obra pública (Y ferroviaria o Supersur), que se ha intensificado, servirá para evitar el descalabro. El ladrillo ha arrastrado a otras actividades industriales.
ELECTRODOMÉSTICOS Ligados al 'ladrillo'
Mirar a la fabricación de electrodomésticos obliga a mirar a Mondragón. La cooperativa Fagor es quizá el primer grupo industrial damnificado por la crisis. Euskadi cuenta con otros productores, como Otsein, del grupo Candy, pero el grupo MCC es el principal estandarte. Toda vivienda de nueva ocupación lleva una cocina nueva. Si no hay piso, no hay cocina y no hay electrodomésticos. El beneficio de Fagor en el primer semestre del año cayó un 98% y las ventas, un 5,5%. La empresa quiere recortar hasta 150 empleos, que se recolocarán en otras cooperativas, y se plantea eliminar la paga extra de diciembre.
Fagor suma 16 plantas y 10.000 empleados en todo el mundo. Además de la caída en ventas ligada a la construción, el descenso del consumo tiene efecto directo en la venta de electrodómesticos, lo que también pasa en el automóvil. El consumidor tiende a aplazar su compra.
AUTOMOCIÓN Tiempo de ajustes
Cie Automotive comunicaba hace apenas diez días a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que prevé ajustes y caídas de la inversión en Europa Occidental y en España. En el sector de automoción se anticipa ya una caída de la producción de un 10% a un 12% en 2009. Este sector, que supone el 17% del PIB vasco, está compuesto por 300 empresas que el pasado año facturaron 10.157 millones de euros y emplean a más de 60.000 personas. De ellas, 40.685 trabajan en Euskadi, un 4,2% de la población empleada.
Tanto Ferreiro como Aretxaga o Madariaga ven claro el impacto de la crisis en un sector que ya acumula anuncios de ajustes. Su estructura en Euskadi es muy diversa. Un 5% de las empresas tiene más de 501 empleados y otro 21%, entre 101 y 500. Fuera de ahí se atomiza: un 23% de las firmas tiene de 51 a 100 trabajadores y un 48%, menos de 50. Al final hay una evidencia clara. Casi la mitad del tejido industrial siguen siendo pymes.
BIENES DE EQUIPO Aguantando
En el amplio grupo de bienes de equipo se pueden incluir las empresas energéticas, como Guasco o Gamesa, las compañías que realizan proyectos llave en mano, como Babcock, o el propio sector de la máquina-herramienta. Este último, como el conjunto de los bienes de equipo, mantiene el tipo y no se está viendo por el momento tan afectado por la crisis. Son sectores que cuentan con carteras de pedidos a largo plazo que en este momento se hallan completas. El problema podría llegar si el grifo del crédito sigue cerrado.
Ferreiro anticipa que esta situación podría llevar a una ralentización de la producción. Este riesgo quedó patente cuando Gamesa cayó un 23% en Bolsa hace diez días al anunciar un parón en algunas de sus plantas que ya habían completado sus pedidos. La empresa adujo ajustes en la producción, pero el mercado interpretó que la decisión respondía a un problema crediticio de sus clientes.
La facturación de la máquina herramienta vasca, que supone el 75% del sector en España, superó el año pasado los 1.050 millones de euros, un 7,3% más que el ejercicio anterior. De ellos, 615 millones correspondieron a exportaciones, el 58,6% de su producción. La AFM, que agrupa al sector, ha notado ya una ralentización en este segundo semestre. En los ocho primeros meses del año, las ventas aumentaron un 22% y la cartera de pedidos, un 15%, pero la tendencia a la baja ya se empieza a percibir en las empresas.
SIDERURGIA Ligeros recortes
La siderurgia vasca también nota ya los efectos de la desaceleración económica. Compañías de referencia como Sidenor o Arcelor Mittal comenzarán a aplicar medidas de ajuste en su producción que supondrán, en algunos casos, la adopción de políticas que desembocarán en ajustes laborales. Condesa, del grupo Tubos Reunidos, analiza tomar medidas similares. Sidenor, cuyo principal cliente es la industria de automoción, una de las más castigadas por la crisis, tiene previsto poner en marcha un plan de reducción de un 20% en su producción. Esta estrategia supondrá la rescisión de algo más de 70 empleos eventuales en sus factorías de Vitoria y Basauri. La compañía, controlada por el grupo brasileño Gerdau, mantiene actualmente en activo un plan social que incluye jubilaciones anticipadas para los trabajadores fijos.
Arcelor Mittal Sestao, la antigua Acería Compacta de Bizkaia, parará su producción durante 15 días ante la caída de los pedidos. Entre sus clientes se encuentran los transformadores, las empresas de mobiliario metálico, el automóvil y los fabricantes de tubos. Euskadi y Asturias son las dos principales comunidades autónomas productoras de acero en España.
INDUSTRIA DEL TRANSPORTE Mantener el tipo
El transporte, además de un servicio, es un sector de la industria que engloba actividades de primer orden como la construcción naval, el ferrocarril o el sector aeronáutico. Son todas ellas actividades en que se trabaja con pedidos a largo plazo y que en este momento cuentan con carteras completas. Nadie piensa en términos de crisis en La Naval, en Aernnova o en Construcción y Auxiliar del Ferrocarril (CAF). El único riesgo es, también aquí, la restricción en los créditos. Un aviso para navegantes ha sido el reciente anuncio del fabricante de motores ITP de que le sobran 125 trabajadores por una caída en su carga de trabajo para el próximo ejercicio de 180.000 horas.
DISTRIBUCIÓN Y SERVICIOS Panoramas distintos
Las ventas del sector comercial vasco registraron un descenso interanual del 1,9% en el segundo trimestre, según los últimos datos del Eustat. La caída del consumo tiene un efecto directo aun sin cuantificar. Ferreiro apunta a cierres y elevadas pérdidas de empleo.
Mientras, en los servicios la crisis se traducirá a finales de 2008 en un descenso de la actividad hotelera de entre el 18% y el 22%. Pueden peligrar 6.000 de los 54.000 empleos del sector. Sin embargo, son los servicios los que están aguantando el empleo en Euskadi. Madariaga considera que este sector es el que podría mantener el crecimiento de la economía.
Escenario previsto
- Crecimiento. El Gobierno vasco prevé cerrar este año con un alza del PIB del 2,3%, que bajaría en 2009 al 1,5%.
- Desempleo. El Ejecutivo apunta para 2008 un 3,8% de paro y un 4,3% en 2009.
- Consumo. El privado crecerá un 1,4% y el público, un 4,9%. En 2009, subirán un 1% y un 4%, respectivamente.
El desempleo camina al alza
"Hacer previsiones es interesante, pero resulta inútil". La frase de Joseba Madariaga, profesor en Deusto y responsable del servicio de estudios de Caja Laboral, es la muestra clara de que nadie sabe qué pasará mañana. Cada previsión que se hace tiene que cambiarse después y, al final, sólo las realizan quienes están obligados a ello, los gobiernos. La mayoría de analistas considera que la lectura del Gobierno vasco, con un crecimiento previsto para este año del 2,3% y del 1,5% en 2009 resulta muy optimista. El Ejecutivo sostiene que el paro subirá el año entrante al 4,3% frente al 3,8% del presente ejercicio, todavía dentro del llamado paro técnico.
Su visión choca con la de los expertos. Jesús Ferreiro, profesor de Economía Aplicada de la UPV, opina que el "desempleo va a aumentar de forma significativa", y el mercado laboral no absorberá la nueva población activa. Este experto duda de que el sector público, con una tasa de temporalidad que supera el 35%, pueda mantener este empleo con menos recursos. No piensa tanto en el Gobierno como en la Administración local.
Aunque Madariaga quiere huir de las proyecciones, porque repetidamente se ven superadas por la realidad, también cree que el paro crecerá más. Este año lo sitúa en torno al 5,2%, tasa que se incrementará el año entrante.
Eduardo Aretxaga, director de Asuntos Económicos de la patronal Confebask, siente también la presión del desempleo. Sin embargo, hace otra lectura. La presión de una baja demografía, que durante años ha jugado en contra por la imposibilidad de cubrir la demanda de algunos empleos, puede ser el elemento que mantenga el paro a raya. Y se queda por ahora con que la afiliación a la Seguridad Social sube.
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