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Reabre el museo del nacionalismo

Una muestra temporal estrena el espacio expositivo de Bilbao tras el traslado desde Artea - La colección fija tendrá que aguardar hasta finales de 2012

Los trabajadores apuran los últimos retoques. Será el próximo día 15 cuando reabrirá sus puertas, en Bilbao, el museo del nacionalismo vasco que hasta el pasado año se pudo visitar en Artea (Bizkaia). Lo hará, eso sí, solo de forma parcial, con una exposición que estrenará el área dedicada en exclusiva a las muestras de carácter temporal. Para contemplar la colección fija habrá que esperar un año, dado que aún no se ha concretado la distribución de las miles de piezas históricas que siguen almacenadas. La adecuación de las instalaciones, además, se ha prolongado más de lo previsto.

El denominado Goaz Museum se ubica en los locales que la Fundación Sabino Arana, vinculada al PNV, inauguró hace un año como nueva sede junto al funicular de Artxanda. El equipamiento funciona ya como escenario de seminarios y conferencias no solo políticas, pero mantiene 1.000 metros cuadrados reservados para el museo. Una quinta parte de esa superficie, la dedicada a muestras temporales, será la que abrirá sus puertas al público el jueves de la semana que viene. Lo hará con una exposición que conmemorará el décimo aniversario de la revista Hermes y que permanecerá hasta finales de enero.

La Fundación Sabino Arana ha mantenido el listón de sus actividades

Hermes es la revista de pensamiento que, desde 2001, edita el propio organismo nacionalista. La exposición pretende dar a conocer los contenidos más destacados que han aparecido entre las páginas de sus 40 números publicados. Incluidos los que se recogieron en el ejemplar especial sobre la paz tras el cese de ETA. Será solo el punto de partida de un espacio que aspira a tener muestras relevantes de forma continuada. "Ideas hay muchas y proyectos también, pero es pronto para adelantarlos, ya que hasta febrero no llegará la siguiente", explica la directora de la fundación, Irune Zuluaga.

La colección permanente no se podrá visitar hasta finales de 2012. Ya han concluido los trabajos del plan museológico, que ha fijado el objetivo de la exposición, qué se va a mostrar y con qué soportes. Aún está en marcha, sin embargo, el museográfico, previsto para determinar qué materiales concretos se van a exponer y a través de qué distribución. "El objetivo no es solo que los visitantes aprendan recorriendo el museo, sino que se emocionen también con lo expuesto, más allá de las sensaciones personales que les provoque el contenido", aclara Zuluaga.

El nuevo museo del nacionalismo poco tendrá que ver con el antiguo de Artea. Su superficie se ha visto multiplicada, lo que dará cabida a un mayor número de piezas. Cada semana llegan hasta la sede de la fundación nuevos artículos donados por el entorno del nacionalismo. Otros proceden de otros ámbitos. Como los documentos incautados al PNV durante la Guerra Civil y el franquismo, que hasta el pasado junio permanecieron depositados en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Su exposición en Bilbao no solo los acercará al público, sino que facilitará también el trabajo de investigadores.

La colección incluye miles de fotografías, cientos de documentos y artículos de gran valor histórico, como ropajes de antiguos dirigentes, insignias, cuadros, material bélico e incluso el papel sobre el que el propio fundador del nacionalismo vasco, Sabino Arana, dibujó y coloreó la primera ikurriña. Según destaca Zuluaga, "son casi 150 años de la historia de Euskadi, con la guerra, el exilio, la clandestinidad...". Pese a las ampliadas dimensiones, habrá cosas que no tendrán cabida en vitrinas y expositores, aunque sí estarán a disposición de quienes quieran consultarlas para investigar.

La intensa dedicación a la puesta en marcha del museo no ha sido óbice para mantener el completo calendario de actividades que cada año programa la Fundación Sabino Arana. Más de un millar de invitados y varios cientos de asistentes han tomado parte en los distintos actos organizados. Entre otros, las conferencias del presidente del PNV, Iñigo Urkullu; el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna; o el obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte. También seminarios como el que abordó los retos de la memoria y la convivencia tras el cese definitivo por parte de ETA, al que aportaron su reflexión destacados pacifistas, políticos y agentes sociales.

Más allá de la política, la fundación ha dedicado también parte de sus conferencias y reuniones a cuestiones como la energía, la pesca o el uso de las nuevas tecnologías entre los más jóvenes. Este último encuentro se tuvo que trasladar al Palacio Euskalduna para acoger a los 400 escolares que participaron. El último seminario se celebró el pasado miércoles y consistió en una reflexión sobre la interconexión entre el arte, la ciencia y la tecnología. "Hemos conseguido mantener el listón del programa, pese a que este año han coincidido dos elecciones y nosotros no organizamos nada durante la campaña para no interferir", destaca la directora.

Un centro imprevisto

La creación del museo del nacionalismo no fue premeditada. La Fundación Sabino Arana nació hace casi un cuarto de siglo con el objetivo de investigar y recopilar todo lo relacionado con el pensamiento nacionalista. Comenzó a recibir, así, los artículos que durante años habían permanecido almacenados en el País Vasco francés, a resguardo de la dictadura franquista. Entre lo conservado, además de documentos, figuraban distintas piezas dignas de exposición.

Tal fue su cantidad que no tardó en consolidarse la idea de mostrar al público las más destacadas. A finales de los años 90 se impulsó una primera muestra sobre el nacionalismo en las instalaciones de Artea. La modesta pretensión inicial se fue ampliando y ya en 2002, la colección adquirió el rango de museo. Incluso se integró en el Consejo Internacional de Museos.

El traslado a Bilbao ha supuesto un efecto llamada que incluso ha provocado nuevas donaciones. Artea seguirá funcionando como pequeño almacén y espacio de restauración.

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