"Diferencias de programa cero, querían puestos y dinero"

Mikel Arana, coordinador general de Ezker Batua, no daba crédito a las descalificantes acusaciones de Xabier Agirre contra miembros de su partido. De ahí que manifestara "su absoluta sorpresa e indignación" por las revelaciones. "Quien ha negociado con el PNV en esos términos, no estaba representado a Ezker Batua, sino intereses personales ligados a proyectos políticos completamente ajenos a nuestra formación", añadió en un comunicado al término de la investidura de Javier de Andrés.

"Las dos junteras elegidas por EB, así como las personas que han participado en esas negociaciones, tendrán que dar explicaciones tanto públicas como en el interno sobre esas gravísimas acusaciones", añadió. "Ni la dirección de Euskadi, ni el coordinador general, ni la dirección de EB en Álava se hacen corresponsables de esas peticiones, puesto que las desconocían en su totalidad. Quien haya hecho un planteamiento de esa naturaleza está automáticamente fuera de Ezker Batua, ya que este es el tipo de política que en EB despreciamos, combatimos y no estamos dispuestos a tolerar", subrayó.

A juicio de Arana "la opacidad del proceso negociador, las prebendas, la desinformación a la militancia y a la dirección, el desconocimiento de los diferentes interlocutores y el cambio de criterio de la noche a la mañana de las personas que han participado en el proceso, se alejan radicalmente del modelo de negociación programática que debe ser el único válido" en EB.

En referencia a la votación que ha permitido a De Andrés su elección, Arana evidencia "su profunda decepción" ya que "la decisión de las junteras es contraria a los acuerdos adoptados en el Consejo Político de Ezker Batua y por lo tanto se sitúa fuera de la política de la formación". Para el coordinador general de EB, "el PP es, en Euskadi como en el resto del Estado, la manifestación más rancia de la derecha política y sociológica que una organización como EB debe confrontar".

Finalmente, Arana precisa que "las junteras elegidas por la lista de EB, se representan a ellas mismas en las Juntas de Álava y no a EB", hasta aclarar todo este proceso, "porque su decisión es contraria a los acuerdos orgánicos de EB, a su estrategia política y en ningún momento ha sido contrastada con el conjunto de la organización".

Como programa de una candidatura condenada al fracaso por la falta de apoyos externos, EB avanzó ayer en las Juntas Generales de Álava los ejes estratégicos que guiarán su acción desde la oposición. La candidata de la coalición a diputada general, Nerea Gálvez, defendió una política "progresista" que suponga un "verdadero giro a la izquierda" y avanzó a las distintas formaciones que "siempre podrán contar con el apoyo" de su partido "para sacar adelante medidas que repercutan de manera positiva en la ciudadanía".

Tras un recuerdo inicial a las últimas víctimas de la violencia machista que han perdido la vida en Zaragoza, Hernani y Barcelona, Gálvez dedicó el grueso de su intervención, que se prolongó casi media hora, a desgranar su política fiscal, una materia que consideró "básica" debido a que "de los ingresos obtenidos dependerá el gasto que la Diputación se pueda permitir". La juntera de EB juzgó "imprescindible" que los colectivos con rentas más elevadas "sean quienes realmente arrimen el hombro" ante la crisis.

Gálvez hizo especial hincapié también en la lucha contra el fraude fiscal y en la modificación del IRPF, en este último caso para "elevar el tipo a las rentas que cobren más de 90.000 euros anuales". Asimismo, apostó por recuperar el impuesto de patrimonio y gravar más el de sociedades. Iniciativas fiscales cuya puesta en marcha estimó urgente. "Estas medidas deben ser adoptadas de manera inmediata para contar con recursos durante el próximo ejercicio presupuestario", advirtió.

Tal calado dio la juntera izquierdista a la materia fiscal que incluso planteó como "imprescindible" abrir una ponencia para "hablar y permitir" que todos los grupos de la Cámara, junto con los agentes sociales, alcancen un acuerdo basado en "una distribución de la renta más justa, sobre el principio de que quien más tenga sea el que más paga".

Ajena a la polémica que iban a suscitar después las revelaciones de Agirre, Gálvez presentó también otras medidas de carácter social y medioambiental. "Nuestra propuesta va más allá de banderas o bloques nacionalistas", aseguró.