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Reportaje:

Fin del 'clan de los rompehuesos'

Desarticulada la banda de Ivo el Búlgaro, dedicada a extorsiones, tráfico de drogas, blanqueo de capitales y seguridad en locales de ocio nocturno

La muerte de un tiro de Catalin Stefan Craziun, Cata, la madrugada del 12 de enero de 2009, puso al descubierto las tramas mafiosas que controlaban la noche madrileña. El lugarteniente de Rafi Beyham Remzi, más conocido por Ivo el búlgaro, recibió un disparo en el cuello cuando estaba delante de la discoteca Heaven, en Ópera. Desde entonces, la policía ha estado detrás de este entramado dedicado a diversos delitos como tráfico de drogas, blanqueo de dinero, extorsiones, venganzas y el control de la seguridad de ocio nocturno de la capital.

En el tiroteo, también murió de un disparo Alejandro Muñoz Rojas-Marcos, de 24 años, relaciones públicas de la discoteca. Instantes después fue detenido Carlos Monje Hidalgo, que había utilizado una pistola Glock para los crímenes. El presunto autor pertenecía a los Miami, el grupo que rivalizaba con el de Ivo por el control de la seguridad de locales de ocio nocturno. El fin último era hacerse con la venta de droga, con los pingües beneficios que reporta.

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A partir de ese tiroteo la policía inició las investigaciones, en las que también se vio envuelto el exjefe de Evaluación Ambiental del Área de Medio Ambiente de Madrid, Joaquín Fernández de Castro, implicado en la trama Guateque -red de corrupción municipal en la tramitación de licencias de locales-. Este caso lo instruye el titular del Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid, Santiago Torres. "Lo que salió de aquella investigación es que había un grupo [el de Ivo] que se dedicaba a extorsionar a todos los empresarios que no pagaban o que se retrasaban en los pagos. Eran como el brazo ejecutor", relataron fuentes de la investigación.

El juez Torres ordenó ayer la detención de toda la organización de Ivo, después de que la Audiencia Provincial le obligara el pasado viernes a levantar el secreto de sumario que había sobre la causa. Los magistrados de la Audiencia entienden que nueve meses es tiempo excesivo para mantenerla oculta a las partes personadas en la misma.

En la operación de ayer participó un alto número de agentes dirigidos por el Grupo XVI de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de Madrid y de la Unidad de Delitos Violentos (UDEV) de la Comisaría General de la Policía Judicial.

Los agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) entraron a las seis de la madrugada en la vivienda de Ivo, en Las Rozas. Estaba durmiendo y no opuso resistencia a la detención. La policía le considera el dirigente de la banda, en especial el que lleva todos los negocios de la noche y el tráfico de drogas. Otros agentes se dirigieron a diversos pisos de la capital y de los alrededores hasta completar el arresto de toda la organización. Las detenciones las efectuaron en Boadilla del Monte, Coslada, Camarma de Esteruelas, Cerceda y Valdemoro, entre otros municipios.

Entre los arrestos destaca el del abogado Roberto Rodríguez Casas, que tiene el despacho en la calle de Mejía Lequerica (Centro). Este, supuestamente, es el encargado de blanquear el dinero procedente de la venta de droga. Para ello montó una sociedad mercantil con sede en su despacho, de la que era el administrador único, además de otras sociedades interpuestas. Ya fue detenido a principios de año y pasó cuatro meses en prisión, hasta que la Audiencia Provincial atendió un recurso suyo y obligó a su puesta en libertad con medidas cautelares.

La operación se saldó con la detención de 27 personas, algunas de origen búlgaro, pero también españoles. En los registros practicados se decomisaron unos cinco kilos de cocaína, unas 50 pastillas de éxtasis, dosis de cristal, tres armas largas pertenecientes a Ivo, cuatro armas cortas simuladas y más de 100.000 euros en efectivo. La policía investiga si las armas de Ivo eran legales, ya que es cazador.

Algunas fuentes relacionan esta trama con el exjefe de la Policía Local de Coslada, Ginés Jiménez, que supuestamente mantenía contactos con Ivo. Fuentes policiales indicaron que este quería colaborar y que estaba dispuesto a declarar.

El cadáver de Catalin Stefan Crazian, muerto delante de la discoteca Heaven la madrugada del 12 de enero de 2009.
El cadáver de Catalin Stefan Crazian, muerto delante de la discoteca Heaven la madrugada del 12 de enero de 2009.F. J. B.

50 porteros a su cargo

"Si realmente fuera un matón de la noche o manejara drogas, ¿iría con este utilitario de segunda mano?". Rafi Beyham Remzi, más conocido por Ivo el búlgaro, siempre hacía la misma pregunta a los que le preguntaban por sus labores de extorsión y de control de la noche. Aseguraba mantener "una vida normal", pero no dudaba en mandar mensajes amenazantes a todo aquel que se interpusiera en su camino. Era frecuente verle rodeado de compatriotas de gran porte o de españoles fichados en gimnasios de la capital, que le acompañaban en sus salidas. "No soy un tipo problemático. Si tienen algo contra mí, que me lo digan, que me detengan", se obstinaba en decir, seguro de que la policía no podría detenerle. Su suerte cambió ayer por orden del juez Santiago Torres.

Ivo llegó a España con 19 años. Siempre ha trabajado como portero. Primero en Trocadero, en Huertas. Después, en Apolo. Y luego fundó la empresa Apolo Check. A su cargo tiene unos 50 porteros, que vigilan dos clubes y cinco bares de copas en la plaza del Carmen (Centro), según explicó hace unos meses a EL PAÍS. Poco a poco sus tentáculos buscaban lograr más locales.

Físicamente, no aparenta ser un portero de discoteca. Mide 1,70 metros, pero en cuanto se quita el abrigo, luce unos potentes bíceps. Se entrenaba en un gimnasio privado de Las Rozas. En los ambientes nocturnos tenía fama de ser muy violento y de solventar los problemas de la forma más radical posible. El juez sustituto de Coslada, Carlos Nogales, estuvo en su boda.

La detención de ayer no es la primera vez para Ivo. A principios de 2009 se entregó voluntariamente en un juzgado de Gandía (Valencia). Le acusaban de extorsiones y un largo etcétera de delitos, entre ellos el secuestrar y dar una paliza a un compatriota.

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