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La Complutense investiga la "profanación" de una capilla

Un grupo de jóvenes irrumpe en la sala religiosa del Campus de Somosaguas de la Complutense con consignas como "contra el Vaticano, poder clitoriano"

Pilar Álvarez

Todo ocurrió en apenas un cuarto de hora. Un grupo de jóvenes -entre 20 y 50, según distintas versiones- irrumpió el jueves en la capilla del Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense, donde estaba el párroco y unas alumnas rezando. Protagonizaron una "acción directa", un acto reivindicativo "contra el sistema patriarcal y el poder de la Iglesia", según una de las participantes.

El grupo, formado principalmente por mujeres, entró en la pequeña sala coreando consignas: "Contra el Vaticano poder clitoriano" o "Menos rosarios y más bolas chinas". Dos se desnudaron de cintura para arriba y se besaron en el altar. Otras mostraron la barriga, donde se habían escrito palabras como "deseante", "bollera" o "bisexual". Las chicas grabaron su actuación en un vídeo y se hicieron fotos. El Arzobispado de Madrid se quejó ayer por la "profanación" del templo ante el Rectorado, que ha abierto una investigación. La performance puede suponer un delito.Las dos chicas explican la performance del día anterior sentadas en el comedor de la Facultad de Políticas. La versión de ambas, que acceden a hablar sin dar nombres, es más suave que la que otros compañeros hacen horas antes al teléfono, después de que el diario Abc publicara ayer la irrupción en el templo de Somosaguas. "No queríamos molestar, solo mostrar nuestra opinión", explica una. "Yo también me puedo sentir ofendida cuando la Iglesia dice que soy una enferma por ser lesbiana", añade la otra. Irrumpir con "tumulto" en un lugar de culto y perturbar una manifestación religiosa puede conllevar penas de seis meses a seis años de prisión, según el Código Penal.

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Las dos estudiantes hablan frente al mural que aún huele a fresco. La Revolución será feminista o no será, reza el eslogan. El mural fue una de las actividades de las jornadas Redefiniendo el Feminismo, que organizaron dos asociaciones de Políticas del 7 al 11 de marzo. Las chicas que hablan bajo anonimato pertenecen a RQTR (representante de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales de la Complutense) y Contrapoder, organización autoproclamada "de acción política revolucionaria".

Miembros de ambos colectivos reivindicaron el acto a mediodía en conversación con este periódico. Horas después, las dos chicas recalcan varias veces que fue una acción "espontánea" e "individual" que no tiene que ver ni con las organizaciones ni con las jornadas. Pero el programa de actos de la convocatoria incluye para el jueves "actos corporales subversivos" con una performance "deconstruyendo la regulación de los cuerpos" y una hora, la una de la tarde. Fue cuando empezó la procesión.

El decano de Psicología, Carlos Gallego, la vio pasar desde su despacho. Era un grupo de unas "50 personas", asegura, que bajaban por el camino en zigzag que une la facultad de Ciencias Políticas con la suya, donde está instalada la capilla. Llevaban fotos del Papa Benedicto XVI con una cruz gamada en el pecho y pañuelos morados cubriéndoles la cabeza. "Iban cantando salmos, como simulando un acto religioso", explica el decano. Una de las asistentes señala gráficamente que bajaron como "vírgenes" y subieron como "putas", los "dos modelos que reconoce la Iglesia a la mujer". Es decir, hicieron el camino hacia el templo simulando recogimiento -como notó el decano- y se transformaron dentro de la capilla. El párroco se apartó y las dejó pasar. Una vez dentro, frente a las alumnas que rezaban, leyeron textos "sobre el papel que la Iglesia otorga a la mujer" con frases supuestamente "homófobas" de distintos representantes eclesiásticos.

El Arzobispado asegura en una nota que profirieron "afirmaciones y jucios contra la Iglesia y sus enseñanzas". Y recalca que, tras leer su manifiesto, cantaron "rimas y eslóganes ofensivos contra la Iglesia, el Santo Padre y la fe cristiana". "Algunas chicas se desnudaron completamente de cintura para arriba", prosigue la nota oficial. Para las dos alumnas que cuentan su versión en el comedor, "fue una catarsis, un diálogo interior" en una capilla "que no debería tener cabida en la universidad".

Al salir pasaron junto a las pintadas de la fachada lateral. "Arderéis como en el 36" o "La única iglesia que ilumina es la que arde", se leía antes de que el Decanato las cubriera a brochazos. Las pintadas se hicieron el lunes, según el decano. La Policía Municipal de Pozuelo identificó a los culpables, que han sido denunciados por la universidad. Gallego añade que alumnos y profesores han reivindicado varias veces que la capilla salga de la universidad, pero de otro modo. "Lo que no se puede es usar la coacción", matiza.

Entrada a una asociación que participó en la protesta.
Entrada a una asociación que participó en la protesta.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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