Un pitido que hace que los jóvenes se esfumen
Un ruido "pequeño y molesto" que sólo oyen los menores de 20 años
La idea se le ocurrió a Howard Stapelton cuando tenía 12 años y visitaba una fábrica con su padre, ejecutivo de manofacturas en Londres. Al abrir la puerta de una sala donde los trabajadores usaban un equipo de soldadura de alta frecuencia, descubrió que no podía soportar quedarse en el interior. "¡Ese ruido!", se quejó. "¿Qué ruido?", preguntaron los adultos.
Ahora, a sus 39 años, Stapleton ha aprovechado la lección que aprendió ese día -que los niños oyen sonidos a frecuencias más elevadas que los adultos- para crear un novedoso mecanismo que, espera, proporcione una solución al eterno problema de los adolescentes ruidosos que vagan por el exterior de las tiendas y causan problemas.
El mecanismo, llamado Mosquito ("es pequeño y molesto", dice Stapleton), emite un sonido intermitente de alta frecuencia que, según él, pueden oír la mayoría de los jóvenes menores de 20 años y casi ningún mayor de 30. El sonido está pensado para irritar a los chicos, que tras varios minutos no pueden soportarlo y se van.
Hasta ahora, el Mosquito sólo se ha probado en un lugar, a la entrada del supermercado Spar de esta ciudad de Gales del Sur. Hoscos adolescentes se plantaban en la barandilla de la entrada, fumando, bebiendo, insultando a gritos a los clientes y efectuando periódicas incursiones destructivas al interior. "Lo menos que hacían era intimidar a los clientes", comenta Robert Gough, propietario, junto con sus padres, del supermercado. "Lo más, entraban en la tienda a pelear, robar y asaltar al personal".
Gough pensó en instalar un sistema de sonido que lanzara ráfagas de música clásica al aparcamiento, otro método que horroriza a los jóvenes y los hace dispersarse, pero nunca se decidió. Pero en octubre Stapleton le dio un Mosquito para que lo probara gratuitamente. Los resultados fueron casi instantáneos. Donde antes solían congregarse jóvenes desafectos, ahora no queda uno.
A veces, miembros del grupo habitual intentaban congregarse entrando repetidamente en la tienda con los dedos en los oídos, "pidiéndome que lo apagara", comenta Gough. Pero él se mantuvo firme y evitó limpiamente los posibles enfrentamientos agresivos: "Les dije que era para mantener a los pájaros alejados, por culpa de la epidemia de la gripe aviar".
Aunque este informador no oía nada, por ser demasiado viejo, varios jóvenes atestiguaron que só, había un ruido, y sí, era extremadamente molesto. "Es fuerte y chirriante, te atraviesa", comenta Jodie Evans, de 15 años. "Se te mete dentro". Jodie y una amiga de 12 años que no quiso ser entrevistada antes formaban parte de una banda de merodeadores, comenta el padre de Gough, Philip. "Esa niña solía ser un martirio, no paraba de insultar y soltar tacos", dice de la chica de 12 años. "Ahora entra, compra y se va".
Desde que en The Grocer, una revista británica del sector, se publicó un artículo al respecto, Stapleton ha recibido docenas de pedidos. Está pensando introducir una unidad mucho más ruidosa que pueda conectarse en caso de emergencia. Sería muy útil cuando los jóvenes se apiñan en tiendas y empiezan a robar en masa, un fenómeno conocido en Reino Unido como steaming [humear]. "Es muy difícil sisar", comenta Stapleton "mientras te tapas los oídos con los dedos".
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