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"La sala está ardiendo. Desalojen"

Cinco detenidos por la muerte de 109 personas en el incendio de un club ruso - Medvédev exige castigo para los dueños del local, que carecía de seguridad

Pilar Bonet

Al menos 107 muertos y 130 heridos, de ellos 80 muy graves, era el balance ayer del incendio en el club Jromaia Lóshad (El Caballo Cojo) de Perm, ocurrido a la una de la madrugada del sábado (cuatro horas menos en España). El origen del siniestro fueron los fuegos artificiales organizados en el interior del local para celebrar el octavo aniversario de su inauguración.

El club había sido multado en dos ocasiones por transgredir la normativa contra incendios y debía ser inspeccionado de nuevo el 7 de diciembre. Hasta ayer por la tarde, la policía había detenido a cinco personas, entre ellas los dueños y gestores del local y los empresarios de la pirotécnica. El lunes ha sido declarado día de luto nacional.

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El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, se pronunció por un endurecimiento de la legislación sobre normas de seguridad y pidió castigar "rigurosamente" a los culpables del incendio, a los que calificó de "descerebrados sin conciencia", gente "absolutamente indiferente a lo que pasa" y que "se dio a la fuga".

Un vídeo de un aficionado recogía la metamorfosis de la fiesta en un infierno. "Señoras y señores, estamos ardiendo. Salgamos de la sala", dijo casi sin inmutarse el animador, interrumpiendo su conversación con unas chicas del público, mientras el techo de cañizo y plástico comenzaba a ser devorado velozmente por las llamas y a derretirse sobre los presentes. Se habían vendido unas 250 entradas y el local, un antiguo comercio en una planta baja, tenía 500 metros cuadrados y las ventanas bloqueadas.

Siguió una atropellada carrera -"como gatos ciegos", según un superviviente- hacia una salida, demasiado angosta, el apagón de las luces y, finalmente, una pila de cadáveres sobre la calzada en el centro de Perm, que es una ciudad industrial de 1,2 millones de habitantes con una intensa vida cultural y social.

De nuevo, la negligencia se cobra vidas humanas en Rusia, como lo ha hecho en escuelas, hospitales, residencias estudiantiles y de ancianos. En 2008, más de 15.000 personas (5,6% menos que el año anterior) perecieron en 200.000 incendios, según la estadística del Ministerio de Situaciones de Emergencia.

A Perm voló la ministra de Asuntos Sociales, el ministro de Situaciones de Emergencia y el ministro del Interior, los mismos que una semana atrás lidiaron con el acto terrorista en el tren de San Petersburgo a Moscú. Varias decenas de heridos -quemados, intoxicados por gases y traumatizados al intentar huir- fueron evacuados a los principales hospitales del país, en Moscú, en San Petersburgo y otras ciudades.

Cadáveres en el exterior de la discoteca El Caballo Cojo, en Perm.
Cadáveres en el exterior de la discoteca El Caballo Cojo, en Perm.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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