"Las reformas en Cuba son irreversibles e indetenibles"
Aunque para Norberto Fuentes (La Habana, 1943) Raúl Castro y su grupo, con la venia de su hermano Fidel, desvirtuaron en 1989 la naturaleza de la revolución cubana, el escritor dice estar convencido de que el actual presidente de la isla terminará su Gobierno de buena manera. El autor de libros como Dulces guerreros cubanos y La autobiografía de Fidel Castro no olvida. Sostiene que en 1989, con la Causa Número 1, que terminó con el fusilamiento de cuatro militares, entre ellos el general Arnaldo Ochoa y el coronel Antonio de la Guardia, se "castró la revolución, porque eliminaron a los audaces, a los no domesticados. Mataron a esta gente por las mismas cosas que se están haciendo ahora".
"¿A esta nueva generación de qué crimen o combate se le va a acusar?"
"La revolución supo cumplir íntegramente su ciclo vital"
"En ese momento la revolución se jodió. Vino un período de funcionarios grises. Pero los hechos que se están produciendo en Cuba y las decisiones del VI Congreso del Partido [Comunista de Cuba, PCC] le van a dar un nuevo giro a la dirección del país", dice Fuentes, en entrevista telefónica desde su casa en Florida.
Pregunta. ¿Qué es lo más novedoso de este congreso del PCC?
Respuesta. Las negras. La cantidad de negras que hay ahora en el Comité Central del partido. Formidable. Las negras cubanas son fieramente maternales, es decir, son mujeres muy pragmáticas. La esclavitud y luego el capitalismo las obligó a luchar por la vida, en combate desigual. Es una resultante darwiniana. Ahora están en el Comité Central los más fuertes. Eso a contrapelo de lo que el grupo de Raúl, con la aprobación o el apoyo de Fidel, hicieron en 1989. La nueva gente es la antítesis de la que estuvo al frente del Gobierno cubano después de la Causa Número 1. ¿Quién le va a quitar el poder a estas nietas o hijas de lavanderas, de criaditas de 15 pesos al mes en los casos más afortunados? La segunda cosa es que los delegados del congreso sólo aplaudían a los históricos cuando eran presentados. Eso muestra que hay una relación de esa gente con la leyenda. Eran aplausos de agradecimiento pero también de despedida. Y, por último, en el congreso quedó demostrado que Raúl tiene el control absoluto del país. Va a hacer un buen presidente en los cinco años que le quedan.
P. ¿Pero acaso no hay demasiados octogenarios y militares en el Comité Central para llevar a cabo los cambios?
R. Viejos es una cosa y militares es otra. Hay algunos históricos que había que poner, pero la mayoría es gente joven. ¿Y dónde está esa cantidad de militares? La transición en Cuba ya se dio. Ya es esa gente es la que está en el Comité Central. El actual componente étnico del país está representado en el Comité Central.
P. ¿Para quién es mala noticia lo que ha pasado en Cuba esta semana?
R. Para la contrarrevolución clásica, para Miami. Si ellos dicen que las reformas son limitadas, son malas noticias para ellos porque son cambios de todas maneras. Ese Gobierno, ese país, esa revolución, va a hacer lo que tenga que hacer. Se olvida con frecuencia algo que han visto teóricos desde Lenin hasta Sartre: la capacidad de las revoluciones para dar bandazos, o dispararse en marcha atrás a su conveniencia. Pero lo que no va a hacer es entregarles el poder a los de Miami. En Cuba han hecho un congreso para implementar todas esas medidas para las que no hay remedio, porque lo que está en juego es la supervivencia. ¿Qué tienen que ofrecer los de Miami? Nada. Además, a esta nueva generación de qué crimen se les va a acusar, de qué combate se les va a culpar, si son gente nueva, la mayoría incluso nacidos después de Bahía de Cochinos. La revolución cumplió su ciclo. Lo interesante es cómo la revolución supo cumplir íntegramente su ciclo vital y lo terminó. Ahora viene otra gente, y Raúl Castro, que ha demostrado su capacidad extraordinaria de organización, les va a decir: "Señores, a partir de ahora ustedes van a navegar solos. Yo me voy dentro de cinco años".
P. ¿Qué camino sigue?
R. El camino que ellos escojan. El camino del desarrollo del país. Esa es una generación que no le tiene miedo a nada, a nada de lo que la vieja generación pueda temerle. No le tienen miedo a la computación, a hablar con sus iguales de Miami, al rock and roll, a los pantaloncitos cortos. No le tienen miedo a nada.
P. ¿Habrá apertura política?
R. Es imprescindible. Una cosa va con la otra y ya se está produciendo de hecho. El desarrollo económico necesita apertura y esta es una nueva generación la que está en el poder, es una nueva generación la que tiene que enfrentar el país, y lo que haga o deje de hacer es problema de ellos. Pero no hay que poner la carreta delante de los bueyes. La prioridad es desarrollar económicamente el país y de eso es lo que ellos tienen que ocuparse.
P. En la siguiente etapa, ¿van a estar los militares al frente?
R. Esto es un proceso gradual. Todo el mundo tiene que darse perfecta cuenta de que esto es un proceso irreversible, indetenible. Es un proceso de reorganización del país para dejárselo a una nueva generación. Ese es el objetivo de esto. El objetivo de esto no es dejar a [el primer vicepresidente José Ramón] Machado Ventura ni a dos militares en el poder. No se trata de eso. En todo caso, los militares que se van a quedar son ya gente nueva, son muchachos nuevos. Raúl Castro ha logrado la nueva estructura del país y eso ya está aquí. Raúl ha logrado iniciar con perfecto orden la transición, la transición que ya está en marcha. Esa es una nueva estructura y es una nueva generación que, repito, no va tenerle miedo a nada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.