Las tropas de Gadafi resisten una ofensiva coordinada de los rebeldes en dos bastiones
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, visita Trípoli
Las tropas rebeldes han lanzado esta mañana lo que parecen sendas ofensivas coordinadas en Sirte y Bani Walid, dos de las cuatro ciudades que aún permanecen bajo el poder de Muamar el Gadafi. Parecía que esta vez era la definitiva, que el ataque por tres flancos en ambos municipios daría sus frutos. Tanto Sirte, ciudad natal de Gadafi cercana a los mayores campos de petróleo del país, como Bani Walid, a solo 170 kilómetros de Trípoli, son enclaves decisivos para la resolución de la guerra.
En Sirte, los rebeldes informaron esta mañana de que se habían hecho con el control del aeropuerto y seguían avanzando. En Bani Walid, los camiones con artillería pesada parecían dirigirse al centro de la ciudad. Un militar le dijo a la agencia Reuters que tenía órdenes de entrar y eso era lo que iba a hacer. Parecía inminente la conquista de los dos bastiones. Pero los gadafistas repelieron una vez más los ataques.
Hace apenas una semana, los rebeldes también informaron de que estaban a solo unas horas de conquistar Bani Walid. Decenas de periodistas acudieron hacia la línea de frente a solo tres kilómetros del centro de la ciudad. En aquella ocasión empezaron a caer bombas muy cerca de donde se encontraban los reporteros y fue preciso retroceder diez kilómetros. Hoy ni siquiera se hablaba de horas; en el caso de Bani Walid parecía inminente la conquista. Sin embargo, llegó El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, a las 13.30 hora local a la plaza Verde o de los Martires y tanto Sirte como Bani Walid, seguían en manos de los rebeldes. Se marchó Erdogan por la tarde en dirección a Bengasi, y nada había cambiado en los dos frentes.
A las siete de la tarde las ofensivas se daban ya por fracasadas. Los milicianos de Misrata, acusaban a los militares del Consejo Nacional de Transición de no apoyarlos en la toma de Sirte. Y en Bani Walid, los rebeldes han empezado a retirarse de forma caótica. Antes de hacerlo, el periodista Mohamed Balut, de la BBC en árabe, resultó herido por un francotirador.
Los informes que el embajador de Estados Unidos en Libia enviaba a Washington hablaban de un Ejército libio mal equipado y adiestrado. Pero en la toma de estas ciudades donde hay que combatir metro a metro, se aprecia que la superioridad sobre las fuerzas rebeldes es aplastante. La OTAN se encarga de allanar el camino antes de cada ofensiva mediante bombas lanzadas desde sus aviones o misiles desde sus barcos. Pero el problema con Sirte y Bani Walid es que hay civiles viviendo allí. Abdel al-Mutaly, un habitante de Sirte, ha comentado a la agencia France Press que se acaba de enterar hoy de que Trípoli está en manos de los rebeldes. "Aquí no hay comida, ni dinero, ni petróleo, ni información. ¿Cómo nos íbamos a enterar de que han tomado Trípoli?"
Puede que esta noche se sigan oyendo tiros de celebración en Trípoli; miles, decenas de miles de tiros, como cada noche... Pero Sirte y Bani Walid han resistido, de momento, todos los embates de los rebeldes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.