El peor desastre natural al que se ha enfrentado la ONU
El terremoto ha descabezado las estructuras locales de apoyo
El terremoto de Haití, con sus decenas de miles de muertes, es, según la ONU, el peor desastre natural al que se ha enfrentado la organización humanitaria en toda su historia, peor aún que el tsunami de 2004, porque ha decapitado las estructuras locales de apoyo a la ayuda internacional. La propia sede del organismo internacional se hundió durante el temblor, de magnitud 7, sepultando a cientos de funcionarios, entre ellos a sus máximos responsables.
"Es un desastre histórico", explica en Ginebra Elisabeth Byrs, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). "Nunca nos hemos visto frente a una tragedia semejante", añade, al recordar que Puerto Príncipe, la capital haitiana, con tres millones de habitantes, se encontraba apenas a 17 kilómetros del epicentro.
"Los desafíos logísticos están siendo enormes", dice una portavoz
Contrariamente a lo que sucedió después del tsunami que mató a más de 220.000 personas en Asia, en Haití apenas han quedado estructuras locales para servir de apoyo a la ayuda extranjera. "Incluso en Banda Aceh, la provincia indonesia más afectada por el tsunami (causado por un seísmo de magnitud 9,3), teníamos bases locales para coordinar la ayuda".
En Puerto Príncipe escasean el agua, la electricidad y el teléfono, mientas que las carreteras, el puerto y numerosos edificios oficiales están gravemente dañados. El Palacio Nacional se ha hundido parcialmente. Sus dependencias han sido trasladadas a una comisaría cerca del aeropuerto.
La capital no una excepción. En Leogane, al oeste, "ya no queda ninguna estructura local en pie". El 90% de los edificios de esta ciudad de 134.000 habitantes están seriamente afectados, según un equipo de la ONU que ha podido llegar al lugar. La policía local sitúa el número de muertos entre 5.0000 y 10.000.
Un poco más cerca de Puerto Príncipe, Gressier (25.000 habitantes) ha quedado destruido en un 50%, lo mismo que varios barrios de la gigantesca villa de Carrefour (334.000 habitantes). La ONU tiene que tomar las riendas, de momento en solitario, de una ayuda internacional masiva, con unos "desafíos logísticos enormes", explica Byrs. "La distribución va mejorando, pero sigue muy complicada y muy lenta".
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