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Un oficial causa una matanza en una base militar de EE UU

El atacante, de origen jordano, iba a ser destinado a Irak

Yolanda Monge

Al menos 12 militares resultaron muertos y 31 heridos en un tiroteo producido ayer en la base estadounidense de Fort Hood, Tejas, según confirmó el Ejército. El asaltante era el comandante Malik Nidal Hasan, de 39 años, psiquiatra y de ascendencia jordana, que también murió durante el ataque. Otros tres soldados fueron detenidos como sospechosos de haber participado en el tiroteo, pero tras ser interrogados por las autoridades de la base, en la madrugada de anoche sólo uno continuaba bajo arresto. Los motivos del ataque se desconocían y sólo trascendió que Hasan no estaba "muy feliz" por su inminente despliegue a Irak a final de este mes, el 28 de noviembre.

El presidente de EE UU, Barack Obama, calificó el asalto de "horrendo brote de violencia" y declaró que si ya era "una tragedia perder soldados en el extranjero, mucho más horrible era que cayeran bajo el fuego en una base del Ejército en suelo estadounidense". "Como comandante en jefe me voy a asegurar de que se obtienen todas las respuestas a este terrible incidente", afirmó.

Según informó el teniente general Bob Cone desde la base de Fort Hood, el ataque comenzó sobre las 13.30, hora local (siete horas más en la España peninsular) y tuvo lugar en el Centro de Preparación de Soldados, donde los militares que van a ser desplegados a Irak o Afganistán o retornan de esas dos guerras son sometidos a revisiones médicas y otros trámites.

Fuentes oficiales informaron de que los investigadores -tanto el FBI como el Departamento de Seguridad Nacional enviaron agentes- estaban tratando de determinar los motivos de Hasan, quien trabajaba desde hacía poco en la base tejana dentro de los servicios de salud mental, y provenía de un destino anterior en Washington. Hasan, nacido en EE UU y musulmán, era miembro del CSTS, siglas en inglés del Centro para el Estudio del Estrés Postraumático. El papel que jugaron los cómplices, si los hubo, será clave en la explicación de esta tragedia.

El teniente general Cone declaró a la prensa que Hasan utilizó dos pistolas durante el ataque y no aportó detalles sobre si paró para recargar munición. En el momento del tiroteo se estaba llevando a cabo en el Centro de Preparación una ceremonia de graduación de soldados que acababan de terminar sus cursos. Según relataban fuentes cercanas a la base, por ese centro pasan cada día cientos de hombres y mujeres muy jóvenes -algunos recién salidos del instituto- que han decidido participar en alguna de las dos guerras que EE UU mantiene en el extranjero. Fort Hood es la mayor base militar en el mundo y alberga a unos 52.000 soldados. El inmenso recinto se encuentra en el centro de Tejas, entre Austin y Waco.

"Un soldado abrió fuego y, debido a la rápida respuesta de la policía militar -los únicos con derecho a estar armados en la base-, el atacante fue abatido", declaró el teniente general Cone. "Varios testigos presenciales declararon haber visto a más de un pistolero", prosiguió para finalizar puntualizando que la investigación estaba en marcha y seguían sin saberse con precisión todos los detalles.

La base fue clausurada nada más producirse el incidente. El resto de las instalaciones militares en EE UU fueron puestas en estado de alerta. Los nueve colegios de Fort Hood fueron también cerrados. Ningún niño se contaba entre las víctimas ni los heridos, a pesar de primeras informaciones que apuntaban en ese sentido.

En un principio todas las hipótesis estuvieron abiertas. Desde el peor de los escenarios, que se tratase de un ataque terrorista con asaltantes disfrazados de soldados, a una conspiración dentro de la base. Finalmente, todo apunta a la acción aislada de un perturbado. Aunque nadie quería especular con las consecuencias de este acto, esto puede afectar a la moral de las Fuerzas Armadas en un momento en el que están saturadas de trabajo por tener que combatir en dos guerras al mismo tiempo y cubrir turnos uno detrás de otro sin tiempo para descansar.

Durante toda la tarde, en la página web de la base podía leerse el siguiente mensaje: "Todas las unidades tienen instrucciones de ejecutar al 100% un control del personal. Esto no es un simulacro. Es una situación de emergencia".

Un sargento y su esposa en el exterior de la base de Fort Hood.
Un sargento y su esposa en el exterior de la base de Fort Hood.AP

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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