"El norte del Cáucaso es el gran problema de Rusia"
Los atentados perpetrados hoy en el metro de Moscú, con un balance de más de 35 muertos, son un episodio más en una ciudad castigada por la violencia terrorista. Jos Boonstra, experto en Asia central y Cáucaso de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE), asegura que, pese al creciente esfuerzo de Al Qaeda por asentarse en el norte del Cáucaso, no se puede relacionar al 100% estos atentados con las tendencias wahabíes-salafistas próximas a Al Qaeda. Boonstra señala a los grupos separatistas islámicos de la región y afirma que el Kremlin tiene una visión militar para poner fin a este conflicto.
¿Estos ataques pueden tener alguna conexión con el terrorismo de Al Qaeda?
Resulta muy difícil afirmarlo. Lo que pasa que en este caso está bastante claro que se trata del radicalismo islamista y que se podría enlazar con Al Qaeda. Pero, estos ataques, estos hechos que han dejado tantos muertos, pueden resultar además más difíciles de conectar en este caso porque en un 50% pueden venir por motivos radicales islamistas y en el otro 50% pueden venir de otros factores locales. En el norte del Cáucaso en mucha medida no se trata del islamismo en sí como de una lucha por la independencia o la violencia de los Gobiernos locales, que viene de la corrupción o de los enfrentamientos de las bandas criminales con la policía. Pero esta vez, en Moscú, es claro: se trata de radicalismo islámico.
Estos ataques nos recuerdan a otros como el de 23 octubre de 2002, en el que rebeldes chechenos islamistas tomaron un teatro de Moscú y la policía terminó matando a más de un centenar de personas, o, en otro caso, el secuestro de un colegio en Osetia del Norte en el que radicales islamistas hicieron rehenes y la liberación resultó trágica con centenares de muertes. En los últimos años, además, ha habido dos o tres ataques con bombas en trenes hacia Moscú que tienen esta relación. El de hoy me ha recordado a una situación que sucedió hace 12 años. Las bombas también explotaron en el metro de Moscú y también había una posible conexión con el radicalismo islamista. Ahora también tenemos una conexión con la situación del norte del Cáucaso porque lo más seguro que las bombas suicidas de hoy vienen de las repúblicas rusas del Cáucaso: Chechenia, Osetia, Ingushetia o Daguestán.
¿El Cáucaso sigue siendo un conflicto sin resolver para Rusia?
El problema de los grupos radicales separatistas es el gran problema de Rusia. Cada año se producen enfrentamientos con estos grupos. La violencia en toda la región está incrementándose. Moscú tiene una visión militar del problema y realmente la solución no pasa por las armas. Todos los meses los medios rusos informan de los asesinatos que acaban con líderes rebeldes en la región. Todo pasa por la inteligencia militar y el Ministerio de Defensa ruso, pero la solución no puede ser militar para este problema.
¿Es un asunto que concierne a la Unión Europea y Estados Unidos?
Para Rusia, el origen del problema viene del Cáucaso. El sur del Cáucaso ha dado repúblicas independientes que mantienen relaciones muy problemáticas con Rusia. Pero el norte del Cáucaso es considerado por Moscú como un asunto de política interior, todo se mueve en un ámbito local. Hace 10 años, cuando la Unión Europea y Estados Unidos expresaron su rechazo por la violación de los derechos humanos y los crímenes de guerra en Chechenia, Rusia no pareció muy preocupada. Se trata de un asunto interno para ellos. Los rusos quieren solucionarlo a su manera y por ellos mismos. En el norte del Cáucaso, hay gobiernos locales corruptos, dependientes de Moscú y los servicios secretos. No hay democracia. Es un asunto ruso del que no puede estar orgulloso el resto de países occidentales, pero tampoco hacen mucho por ayudar a resolverlo.
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