"No militarizaremos el continente"
El general estadounidense William Ward no tiene dudas. "La amenaza terrorista persiste" en África y no sólo en lugares como Somalia o el Sahel. "Existe en muchos sitios [de África] aunque no se produzca actividad" violenta, añade. "Los grupos que buscan hacer daño disponen de santuarios".
Ward será, dentro de algo más de tres meses, el primer jefe de Africom, el nuevo mando militar de Estados Unidos norteamericano para ese continente que empezará a funcionar este año en su cuartel general de Stuttgart (Alemania) con un presupuesto anual de 400 millones de dólares (260 millones de euros). Entre sus prioridades figura ayudar a los países africanos "a garantizar su seguridad", a luchar con más eficacia contra el terrorismo.
"Poner el mando en la base de Rota no es ni buena ni mala solución"
Ayer y hoy El militar negro de más alto rango de las Fuerzas Armadas estadounidenses estuvo ayer y hoy en Madrid entrevistándose con el jefe de Estado Mayor de la Defensa, el general Félix Sanz Roldán, y con varios responsables civiles. "Estoy aquí, en España, para escuchar" sobre África, afirma durante una entrevista con este periódico.
También ha venido a explicar lo que será Africom. "Las actividades [militares] de EEUU en África no cambian con su creación", asegura. Sí cambia "cómo las llevaremos a cabo —hasta ahora tres diferentes mandos tenían competencias sobre África— y cómo nos organizaremos nosotros mismos" para ser más eficaces, dice.
De entrada, Ward, que fue hasta hace poco el número dos del mando militar estadounidense para Europa, lo desmiente todo. "No vamos a militarizar el continente, no vamos a crear bases", sostiene. Ni siquiera se incrementarán los efectivos —2.400 hombres— de la única base militar de EE UU en el continente africano, la de Camp Lemonnier, en Yibuti.
"No, no es verdad", prosigue con sus denegaciones, que con el nuevo mando Washington busque garantizarse el suministro del petróleo de África Occidental.
Ward reconoce, no obstante, que hubo "una percepción errónea" por parte de muchos responsables africanos. Africom "se ha enfrentado a un problema de imagen desde que fue anunciada su creación en 2007", publicó Stars and Stripes, el diario de las Fuerzas Armadas de EE UU a principios de este mes, al término de la visita de Ward a Túnez.
"No he experimentado" ese problema durante los viajes, recalca el general de cuatro estrellas, "pero sí he leído sobre el asunto". "Cuando les aclaramos los objetivos se disipa" la percepción errónea.
Al general le gusta insistir en que los civiles "tendrán una influencia" en Africom de la que no gozan en otros mandos del Pentágono. No en balde, entre las tareas que le han sido asignadas figura "el apoyo a las misiones humanitarias" en un continente en el que son frecuentes.
La aprehensión de los africanos ante la iniciativa de EE UU explica, probablemente, que al nuevo mando le haya resultado imposible instalarse, por ahora, en África y que su cuartel general esté en Stuttgart, la ciudad que también acoge al mando para Europa.
"No está demasiado lejos" del continente, declara Ward restando importancia a la ubicación. "Es el lugar donde empezaremos a rodar el mando". "En dos, tres o cinco años evaluaremos si necesitamos trasladarnos e iniciaremos las conversaciones oportunas".
¿No sería la base de Rota, en Europa pero pegada a África, una buena solución? Ward suelta una carcajada y echa balones fuera: "No digo que sea una buena ni una mala solución".
Washington no pidió formalmente, según Ward, a ningún Estado africano que acogiese a Africom, y sólo la pequeña Liberia se ofreció públicamente a albergarlo. Pero "el programa de asistencia en materia de seguridad [que ya ofrece EE UU] ha sido tan efectivo que otros países pueden querer una relación más estrecha", prevé el general.
Los endebles países del Sahel [Mauritania, Malí, Níger y Chad] ya la tienen y las fuerzas especiales de EE UU se entrenan, a veces, con tropas locales. "El Sahel es una prioridad", confirma Ward, "junto con África Occidental".
¿No emana de Somalia la principal amenaza de Al Qaeda en África? "No, no lo creo", responde el general. "La amenaza existe allí donde hay un santuario, donde se entrenan [los terroristas], donde obtienen apoyo logístico". Al Qaeda "se ha fijado como objetivo acabar con nuestra manera de vivir". "Doy por válidas las amenazas que profiere".
Africom no se va a ceñir al terrorismo. "Mi trabajo será proporcionar ayuda a los que vengan a pedírnosla para mejorar su capacidad de hacer frente al tráfico de drogas, de armas, de seres humanos y la pesca ilegal", concluye Ward
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