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Los diputados británicos publicarán sus gastos en la Red

Los partidos pactan un código de conducta para los Comunes

Los tres grandes partidos británicos dieron ayer su apoyo inicial a las propuestas que baraja el Gobierno para reformar con carácter de urgencia el sistema de gastos de los diputados de los Comunes. Pero el líder laborista y el conservador chocaron frontalmente sobre la necesidad, o no, de convocar elecciones anticipadas para superar la crisis política que atraviesa Reino Unido. El primer ministro, Gordon Brown, pareció víctima de un lapsus al admitir implícitamente que se resiste a convocar elecciones porque teme una victoria conservadora.

Cameron le pidió en la habitual sesión de control parlamentario de los miércoles que aclarara su declaración matinal de que convocar elecciones ahora provocaría el caos. "Provocaría el caos si fuera elegido un Gobierno conservador", respondió Brown, ante la hilaridad de los escaños tories. "Es la primera admisión de que tiene miedo de perder las elecciones", se burló Cameron.

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Pese a ese rifirrafe parlamentario, la tormenta política parece amainar. El goteo de abusos que sigue publicando The Telegraph ya no tiene el impacto mediático de hace unos días. Y las fieras parecen haber calmado sus ansias de sangre con la cabeza del speaker o presidente de los Comunes, Michael Martin, que el martes fijó en el 21 de junio su retirada anticipada.

La excusa planteada por sus críticos para forzar su dimisión -su incapacidad para liderar las reformas que requiere el Parlamento- pareció más retórica que nunca ante la evidencia de que esas reformas están siendo impulsadas desde arriba y en apenas unas horas los tres grandes partidos se han puesto de acuerdo en un amplio abanico de propuestas.

La reforma definitiva no tomará cuerpo hasta otoño, cuando se conozca el informe que está elaborando un comité presidido por un alto funcionario, sir Christopher Kelly. Pero las medidas provisionales que han pactado los tres grandes partidos tienen aroma de convertirse en permanentes.

La idea central la adelantó Gordon Brown el martes pasado: transferir a un organismo independiente la organización interna de los Comunes para acabar con la autogestión, que el primer ministro comparó a la forma en que funciona un club privado de caballeros del siglo XIX.

El detalle de la reforma, bosquejado ese mismo día por el todavía presidente, Michael Martin, fue precisado ayer por la líder de los Comunes o ministra para el Parlamento, Harriet Harman. Además de la autoridad independiente ya citada, Harman anunció las propuestas de prohibir el llamado flipping -la costumbre de cambiar a menudo la designación de cuál es la segunda residencia para así maximizar los gastos a cuenta del Estado-; establecer un tope de 1.250 libras mensuales (1.425 euros) para pago de alquileres o intereses de hipotecas; las parejas de diputados sólo podrán cobrar por uno de ellos por los gastos de la residencia en que viven juntos; los pagos se harán públicos trimestralmente; en alojamiento sólo se abonarán gastos de alquiler, facturas de hotel, subsistencia nocturna, intereses de hipoteca, impuesto municipal, seguros y facturas de luz, gas, etcétera; no habrá apelación cuando sea rechazada una reclamación de gastos, entre otras medidas.

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