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La UE adopta las sanciones más duras contra Irán

Las medidas afectan al sector energético, los servicios financieros y el comercio

La Unión Europea adoptó ayer un nuevo paquete de medidas sancionadoras contra Irán en el enésimo intento de disuadir a la República Islámica de seguir adelante con sus planes nucleares. "Es la señal de nuestra creciente preocupación con su programa nuclear", apuntó Catherine Ashton al presentar las líneas generales del paquete, presentado por otras fuentes diplomáticas "como el mayor que la UE ha adoptado para con Irán o cualquier otro país". El coste económico de las sanciones estaba ayer todavía sin evaluar.

"Es un paquete riguroso para convencer a los iraníes de que vuelvan a la mesa negociadora", señaló la coordinadora de la política exterior europea, antes de insistir en que "nuestro objetivo es encontrar una solución negociada".

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Las nuevas acciones asumen las adoptadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reforzadas con iniciativas propias. Quedan afectados los sectores del comercio, los servicios financieros, la energía y el transporte, además de identificar nuevos sujetos a los que se negará visado y se congelará haberes, en su mayor parte relacionadas con los Guardianes de la Revolución. El detalle de las medidas será publicado hoy en el Diario Oficial de la UE, momento a partir del cual algunas entrarán en vigor. Otras tardarán semanas en aplicarse.

En el marco de la ONU se refuerzan las prohibiciones ya vigentes de invertir en los sectores nuclear y balístico de Irán y se decreta el control en alta mar o en los puertos de la UE de bienes procedentes o destinados a Irán.

Como medidas propias, los Veintisiete acuerdan prohibir todo aporte (bienes de equipo, inversiones, transferencias de tecnología) que beneficie al sector petrolero y gasista iraní. Es un elemento crucial de la economía de un país que es el cuarto productor mundial de petróleo, pero que debe importar el 40% de la gasolina por carecer de la capacidad refinadora que demanda el consumo nacional. Los aeropuertos europeos estarán vedados a los aviones de carga y en los puertos no podrán amarrar buques de tres filiales de la naviera nacional iraní.

La Unión ha decidido poner especial énfasis en controlar los bienes de doble uso, aquellos que pueden emplearse tanto en el campo civil como en el militar, e incrementará las restricciones financieras con Irán. Toda transacción superior a 40.000 euros requerirá un permiso especial. Ocho nuevos bancos iraníes no podrán operar en Europa.

Ashton insistió en que, pese a las sanciones, la UE mantiene abierta la puerta a la negociación y valoró el anuncio - "tendremos que estudiarlo con detalle", dijo- de Teherán al Organismo Internacional para la Energía Atómica de Viena de que está dispuesto a negociar intercambios nucleares en línea con lo pactado en mayo con Irán y Turquía. Turquía, aliado de Irán y aspirante a la integración en la UE, se presenta como un eslabón débil en el cerco occidental a la República Islámica. Ankara mantiene no irá más allá de lo que acuerde Naciones Unidas.

En la reunión de ayer, los ministros de Exteriores de la Unión repasaron la situación en los Balcanes a la luz de la sentencia del Tribunal Internacional de La Haya sobre Kosovo y recibieron de Miguel Ángel Moratinos las primeras informaciones sobre la situación en Cuba tras las liberaciones de presos políticos.

Los cinco países de la Unión que no reconocen a Kosovo, entre ellos España, seguirán sin hacerlo. Con respecto a Cuba, el ministro español se mostró optimista sobre la posibilidad de que la UE sustituya la Posición Común, que mantiene a Cuba en una especie de limbo, por otra que refleje lo que para él es una nueva situación. Moratinos aseguró que "todos los presos de conciencia" serán liberados por el régimen castrista. Es lo mínimo que pide la UE. "Estoy convencido de que habrá que establecer una nueva relación con Cuba", dijo. La decisión sobre la Posición Común, que debe ser adoptada por unanimidad, queda para septiembre.

Catherine Ashton y Miguel Ángel Moratinos, ayer en Bruselas.
Catherine Ashton y Miguel Ángel Moratinos, ayer en Bruselas.EFE

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