_
_
_
_
Reportaje:

Los Sin Tierra cambian de imagen

El 5º congreso del MST, celebrado en Brasilia, sirvió para definir una nueva estrategia frente a la modernización de la industria agraria y la política económica de Lula

El Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil optaron por un cambio de imagen durante su 5º congreso, celebrado en Brasilia la semana pasada. Los casi 20.000 participantes en el encuentro paralizaron el viernes la capital y se manifestaron en la plaza de los Tres Poderes, exhibiendo una gigantesca pancarta negra de 32 netros de largo por cinco de ancho, en la que habían escrito: "Acusamos a los tres poderes de impedir la reforma agraria".

La iniciativa tenía como objetivo principal revitalizar los ánimos de los campesinos. Los dirigentes del MST han dejado claro que el movimiento "va a cambiar radicalmente en los próximos meses", en palabras de su principal dirigente, João Pedro Stedile, quien ha llegado a admitir que la lucha para ocupar tierras y repartirlas a los trabajadores rurales ha fracasado y que el modelo actual de reforma agraria, anhelado durante 20 años por el MST, ya no sirve, porque, en su opinión, contribuye a "aumentar la pobreza, porque faveliza el campo". Stedile explicó en el congreso que los Sin Tierra ya no pueden competir con la industria agropecuaria, que el año pasado exportó por valor de 49.400 millones de dólares, una cifra récord para el sector.

Durante el encuentro de los Sin Tierra y al contrario de lo ocurrido otros años, cuando el carismático protagonista era el actual presidente de la República, Luiz Inácio Lula da Silva ?en esta ocasión, ni siquiera fue invitado al congreso?, esta vez los políticos más aplaudidos fueron dos extranjeros: el líder cubano, Fidel Castro, que envió un mensaje de solidaridad a los participantes, y el presidente venezolano, Hugo Chávez. Cada vez que se pronunciaba la palabra Cuba, se oían gritos y aplausos, y la platea se ponía a cantar.

Lo cierto es que el Movimiento de los Sin Tierra arrastra una crisis desde hace tiempo. Mientras Brasil se modernizaba y llegaba al poder uno de los suyos, el ex sindicalista Lula, el MST continuó predicando sus viejas ideas, incapaz de abandonar los lemas marxistas y apegado a la nostalgia de la revolución proletaria en un país cuya política económica, propiciada por el propio Lula, es cada día más neoliberal.

La demostración de que la bandera de una gran reforma agraria, enarbolada durante 20 años por el MST, está agotada se encuentra en el mismo documento que contiene las conclusiones finales del congreso. En él se recoge una carta dirigida al pueblo brasileño, y entre las 18 propuestas de lucha que contiene, sólo una hace referencia a la reforma agraria. Por eso, el MST quiere izar ahora otras banderas, como la de la ecología. En su programa de lucha figura incluso la defensa de los ríos, la lucha contra los productos transgénicos, el combate al calentamiento global de la tierra, la alianza con otros movimientos populares y, por primera vez, los acuerdos con las grandes ciudades que son, dice el documento, las que consumen los bienes producidos por los trabajadores rurales.

Con todo, para no admitir que el movimiento ha desistido de su lucha por la revolución, sus líderes han dado a entender que esa esperanza se mantiene en pie, pero que deberá esperar a un futuro, cuando Lula salga del poder y pueda haber una política económica diferente de la actual, que, segun Stedile, es la misma que Lula heredó de su antecesor, el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso, en la que, según los Sin Tierra, la rebelión de las masas no tiene cabida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_