Tadic tendrá que negociar el Gobierno con los herederos de Milosevic
El presidente electo de Serbia necesita los 20 escaños de los socialistas
La Serbia democrática y proeuropea dispone de una nueva oportunidad, la segunda desde la caída de Slobodan Milosevic en octubre de 2000. La primera acabó con el asesinato en 2003 del primer ministro Zoran Djindjic. Ésta empieza ahora, tras los esperanzadores resultados de las elecciones del domingo, que otorgaron una clara pero insuficiente victoria al Partido Democrático (PD) del presidente, Borís Tadic, con 102 de los 250 escaños del Parlamento. La ironía es que la inacabada transición y la ruta hacia la UE dependen ahora del Partido Socialista de Serbia (PSS) del difunto Milosevic, que con 20 escaños, tiene la llave del futuro Gobierno.
"Si la UE nos ayuda, Mladic estará en unos meses en La Haya", dice un periodista
Al líder socialista, Ivica Dacic, le llega la decisión en plena mudanza ideológica. Su electorado está política y emocionalmente inclinado hacia un tripartito ultranacionalista junto al Partido Radical (77 escaños) y el Partido Democrático de Serbia (30), del aún primer ministro en funciones Vojislav Kostunica.
"Los socialistas pactarán con Tadic. No tienen otra opción. La alternativa sería un suicidio. Los demócratas les pueden ofrecer los mismos ministerios más la entrada en la Internacional Socialista y respetabilidad", dice Dejan Anastasevic, periodista de Vreme (Tiempo). Aunque el PSS ha iniciado contactos con Kostunica y los radicales para explorar las posibilidades, Anastasevic cree que es parte del teatro de la negociación, para elevar el precio de un acuerdo con Tadic y preparar a su electorado para el cambio de bando.
La situación creada el domingo es insólita. Los radicales, a los que las encuestas otorgaban un 35%, han dejado de ser el partido más votado. Aunque jugó a favor de Tadic la firma del Acuerdo de Estabilización y Asociación con la UE, lo que arruinó a los ultranacionalistas fue su campaña. Se dejaron llevar por la pasión, sobre todo Kostunica y Velimir Illic, aún ministro de Infraestructuras. Prometían la cárcel por traidor para Tadic y el cierre de los partidos proeuropeos y de los medios de comunicación desafectos. Kosovo, después de todo, no ha jugado a su favor. Ni siquiera allí, donde sólo votó un 38% del censo.
"Es increíble que la UE, que resulta una abstracción para la mayoría de los serbios, haya llevado a Tadic a lograr este resultado", asegura Dalibor Soldatic, profesor de letras hispánicas en la Universidad de Belgrado. "Hay que viajar, ir al Portugal de 1976 y al actual, para entender qué significa la UE. La gente cree aquí que los euros colgarán de los árboles, pero habrá que trabajar muy duro".
Para Anastasevic la clave del cambio son los servicios secretos. "El Gobierno tiene que hacerse con el Ministerio de Interior y reformar sus servicios. En una democracia éstos no pueden controlar al Ejecutivo. Djindjic desaprovechó la oportunidad. La UE debe ayudarnos sin condiciones. Si avanzamos, Ratko Mladic [general acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad] caerá como una fruta madura y en pocos meses estará en La Haya".
Las alianzas de gobierno posibles
1. Partido Democrático (Borís Tadic) + Partido Socialista de Serbia (fundado por Slobodan Milosevic) + minorías étnicas. Esta coalición sumaría 129 escaños, sobre los 25o del Parlamento.
2. Partido Democrático + Partido Socialista de Serbia + Partido Liberal Democrático = 136 escaños.
3. Partido Democrático + Partido Democrático de Serbia (Vojislav Kostunica) = 132 escaños.
4.Partido Radical (los ultranacionalistas de Tomislav Nikolic) + Partido Democrático de Serbia + Partido Socialista de Serbia = 127 escaños.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.