Rebelión en el Gobierno israelí

Lo que más teme actualmente el primer ministro israelí, Ehud Olmert, es abrir el diario de mañana y enterarse, como ha sucedido en los últimos dos días, de la existencia de nuevos planes de paz que se cuecen en su propio Ejecutivo, sin su permiso y contradiciendo su política. Si el jueves se enfadó al leer que la ministra de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, se había reunido en secreto con dirigentes palestinos para presentarles un plan de paz "concreto y directo", ayer tuvo conocimiento de que el ministro de Defensa y líder laborista Amir Peretz también actúa por su cuenta, esta vez para negociar con Siria.

En su círculo más cercano, Olmert usa términos como "rebelión" o "feas maniobras políticas" para definir el comportamiento de los que son, en teoría, sus principales socios en el Ejecutivo. "Olmert ya está acostumbrado a la forma de actuar de Peretz, que hace unos meses conversó sin su consentimiento con el presidente palestino, Mahmud Abbas, sobre una posible tregua. Pero a fin de cuentas es el líder del partido rival mientras que Livni debería ser más fiel ya que es su número dos en el Gobierno y en el partido Kadima", señaló ayer un allegado al primer ministro.

Peretz reconoce que Olmert no le hace partícipe en las decisiones importantes, lamentando que la relación entre los dos "es prácticamente inexistente". Los sondeos le auguran una derrota en las primarias del partido laborista, previstas para esta primavera, y su única salvación es impulsar su propia agenda política, en especial sobre la paz en la región.

En contra de la postura oficial del Gobierno que se niega a entablar negociaciones con el presidente sirio, Bachar el Asad, mientras éste no retire su apoyo a los grupos islamistas Hamás y Hezbolá y no se aleje de Irán, Peretz es de la opinión que "hay que buscar ideas originales" para romper el hielo con Damasco. Por ello, en sus últimas reuniones con dirigentes europeos, entre ellos el primer ministro británico, Tony Blair, ha planteado una iniciativa política internacional que convenza a Asad de la conveniencia de negociar con Israel y aparcar la alianza con el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. Sin consentimiento ni conocimiento de Olmert, Peretz se ha reunido con expertos israelíes y extranjeros muy activos en las negociaciones con Damasco para ver cómo se puede regresar al carril del diálogo con Siria.

"No tenemos constancia del plan de Peretz pero si se confirma se trataría de un hecho muy grave ya que ha actuado de forma independiente, sin permiso del Gobierno", aseguran en la Oficina del primer ministro. Prácticamente la misma respuesta que dieron tras enterarse del plan de paz de Livni, que sugiere negociaciones directas e inmediatas con los palestinos, renunciando a la condición previa de luchar contra el terrorismo, como marca la Hoja de Ruta.

La ministra de Exteriores, que goza de más popularidad que Olmert, no descarta enfrentarse a éste y ser candidata a la jefatura de Kadima y del Gobierno. "Si me dejan hacer la política en la que yo creo y me hacen partícipe de la toma de decisiones, seguiré felizmente en mi puesto. Si no puedo hacerlo, me presentaré al cargo donde sí pueda hacerlo y éste es el de la jefatura de Gobierno", dijo en una entrevista al diario Haaretz para sentenciar: "Estoy preparada para ser primera ministra". Por si había dudas de su mensaje, aseguró que "hay una crisis evidente en el liderazgo del país".