Raúl Castro prepara medidas impopulares para la crisis de Cuba
El presidente se dirige por primera vez al Parlamento tras la retirada de Fidel
Vestido con guayabera blanca, y sentado junto a la silla vacía que ocupó siempre su hermano Fidel, Raúl Castro presidió ayer la primera reunión del Parlamento desde que es jefe del Estado. Llevaba en su agenda tres asuntos prioritarios: avanzar en el proceso de "cambios estructurales y de concepto", todavía incipientes pero imprescindibles para reactivar la exhausta economía cubana; poner orden en el caos administrativo y frenar el robo generalizado al Estado, reconocidos ya como cánceres mortales para la revolución; y adoptar una serie de medidas de ajuste, algunas impopulares, para salir de la crisis y sentar las bases de un modelo sustentable de socialismo. Tareas, las tres, nada fáciles.
La edad mínima para la jubilación puede elevarse cinco años más
Desde hacía tiempo una reunión de la Asamblea Nacional de Cuba no levantaba tantas expectativas. La sesión, la primera desde que Fidel Castro cedió todos sus cargos de Gobierno debido a una grave enfermedad, estuvo precedida de una semana de trabajo en comisiones, en las que los diputados realizaron un análisis inusualmente crítico de la realidad económica del país. En el marco de dichas comisiones parlamentarias fueron anunciadas una serie de medidas que deberán entrar en vigor de inmediato.
Entre ellas está la liberalización de los permisos para que taxis y transportistas privados puedan trabajar en zonas rurales -licencias que estaban congeladas desde 1999 -, y la descentralización en el sector de la construcción, uno de los que atraviesan una situación más crítica, desangrado por el saqueo sistemático de recursos en las obras del Estado.
El proceso descentralizador sería similar al que tiene lugar en la agricultura, y que contempla el traspaso del poder de decisión a las instancias municipales.
Son medidas que van en la misma dirección que las adoptadas en los primeros cuatro meses del Gobierno de Raúl Castro, que ha levantado prohibiciones que impedían a los cubanos hospedarse en hoteles, contratar líneas de telefonía móvil o adquirir reproductores de DVD y computadoras.
Junto a éstas, se tomaron otras iniciativas de mayor calado, como eliminar los topes salariales, para que cada cual gane según su rendimiento laboral, con el fin de estimular la producción.
Los diputados debatieron ayer, entre otros asuntos, un anteproyecto de ley del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba que propone aumentar en cinco años la edad de jubilación -de 55 a 60 años, para las mujeres, y de 60 a 65 años, para los hombres-, medida dirigida a enfrentar el envejecimiento poblacional y la reducción de la fuerza laboral.
El texto será discutido en asambleas de trabajadores hasta el próximo mes de diciembre, cuando el Parlamento sancione su versión final. La ley comenzará a ser aplicada en enero de 2009, pero gradualmente, en un período progresivo que durará hasta 2015, cuando su vigencia ya será definitiva.
Otras medidas poco populares podrían salir de esta sesión parlamentaria. Antes de la reunión, el Gobierno anunció que debería hacer ajustes económicos y apretarse el cinturón para asimilar el aumento de los precios del petróleo y los alimentos que importa.
Raúl Castro tenía previsto pronunciar un discurso en la sesión en el que podría fijar las pautas a seguir para resolver problemas sensibles como la producción de alimentos, la falta de vivienda y el deterioro de los servicios de salud y educación.
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