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Partidarios y detractores de El Asad se enfrentan en Homs

Al menos 30 personas han muerto este fin de semana en choques entre facciones rivales en la ciudad siria

La represión del Gobierno sirio de Bachar El Asad se intensifica conforme la rebelión que busca finiquitar cuatro décadas de dictadura va sumando apoyos y ganando fuerza en todo el país. Al menos 30 personas han muerto durante el pasado fin de semana en enfrentamientos entre partidarios y detractores de El Asad en la ciudad de Homs (centro del país), según han informado activistas de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos. La cifra no ha podido ser corroborada por ninguna otra fuente, al estar vetada la prensa internacional en el país árabe.

Se trata de la primera vez desde que estallaron las protestas democráticas a mediados de marzo que los ciudadanos toman la iniciativa y responden con la misma moneda a la violencia del régimen.

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Rami Abdelrahman, responsable del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, ha explicado que los choques entre partidarios del régimen y opositores arrancaron el sábado por la tarde, después de que los cadáveres de tres seguidores del Gobierno, secuestrados la pasada semana, fueran devueltos descuartizados a sus familiares.

Abdel Karim Rihawi, que lidera la Liga Siria para los Derechos Humanos, ha informado de que los soldados entraron el sábado en Homs, 160 kilómetros al norte de la capital, y en la ciudad de Zabadani, a escasos 50 kilómetros al noroeste de Damasco.

"Al menos cuatro tanques y un vehículo de transporte de tropas tomaron posiciones en el distrito de Dawar Al Khalidya", en Homs, ha explicado. "Los vecinos enseguida organizaron una gran manifestación para protestar contra su presencia".

"Situación explosiva" en la frontera con Irak

La oposición asegura que la respuesta sangrienta ejercida por el Gobierno está haciendo que muchos mandos del Ejército estén pasándose a las filas opositoras. Eso es lo que parece que está ocurriendo en Al Bukamal, una ciudad próxima a la frontera con Irak donde el Ejército sirio también ha desplegado este domingo tropas y tanques después de que miles de activistas se manifestaran junto a mandos militares recién desertados. Al Bukamal está en el extremo oriental de la provincia de Deir Al Zor, escenario de multitudinarias protestas el pasado viernes.

"La situación en Al Bukamal es explosiva, por lo que el Ejército se dispone a intervenir, asegura por su parte el diario progubernamental Al Watan. "Las autoridades temen que se esté organizando una revuelta armada en esta ciudad fronteriza donde los insurgentes pueden encontrar fácilmente apoyo logístico y político", prosigue el diario.

Según el relato ofrecido por residentes, agentes de la inteligencia militar mataron el sábado a cinco manifestantes en esa ciudad, entre ellos un adolescente de 14 años. En cambio, la versión de la agencia oficial SANA difiere y asegura que "terroristas armados irrumpieron en un edificio gubernamental y robaron armas y munición", añadiendo que tres miembros del personal de seguridad fueron asesinados y otros dos secuestrados durante el asalto.

Detenciones arbitrarias

En la localidad turística de Zabadani, a medio centenar de kilómetros de la capital siria, las fuerzas de seguridad y los soldados efectuaron una redada casa por casa en la madrugada del domingo y detuvieron a 70 personas, según testigos de la operación. "Los metieron en autobuses. Su arresto fue totalmente arbitrario. Muchos de ellos no estaban implicados en las manifestaciones", ha explicado un médico de Zabadai en conversación telefónica con Reuters.

Las tropas sirias también detuvieron el domingo al prominente escritor Ali Ali Abdallah, conocido por su feroz oposición al uso indiscriminado de la violencia por parte del Estado. "Diez soldados entraron en la casa de mi padre a las nueve de la mañana en el suburbio de Qatana en Damasco. Él estaba convaleciente de una operación de corazón que tres semanas antes", ha explicado el hijo de Abdallah por teléfono a Reuters desde su exilio en Washington.

Abdallah, conocido intelectual de 61 años, fue liberado el pasado mayo tras pasar cuatro años en prisión por su militancia en la Declaración de Damasco, un grupo prodemocrático integrado por intelectuales y opositores. Sus críticas se dirigen principalmente a la alianza que mantiene El Assad con el régimen iraní.

Desde el estallido de las protestas, Damasco ha culpado constantemente de la violencia a las potencias extranjeras, a las que acusa de interferir en la política interna siria, y a "grupos armados" que únicamente buscan "sembrar el caos".

Los activistas defienden el cariz pacífico de su protesa y denuncian la feroz represión puesta en marcha por el régimen que según sus cálculos ha causado la muerte de más de 1.400 civiles y la detención de miles de personas que están encarceladas sin las mínimas garantías procesales.

Marcha a favor de El Asad, este domingo en Damasco
Marcha a favor de El Asad, este domingo en DamascoYOUSSEF BADAWI (EFE)

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