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Paraguay elige presidente entre el deseo de cambio y el miedo al fraude

5.000 observadores velarán hoy por la transparencia de las votaciones

Jorge Marirrodriga

"El domingo es el día de la Resurrección y Paraguay va a resucitar en las urnas". Las últimas palabras en campaña del obispo Fernando Lugo, líder de la izquierdista Alianza Patriótica por el Cambio (APC), reflejan el clima de expectación con el que los paraguayos acuden hoy a las urnas en una votación que, de acuerdo con las encuestas, puede poner fin a 61 años de hegemonía del Partido Colorado.

Lugo encabeza una amalgama de nueve partidos que cubren un amplio espectro que va desde la extrema izquierda al Partido Liberal. Más que un proyecto común, les une el convencimiento de que es necesario terminar con el reinado de una formación inmune a las circunstancias históricas y que se ha intrincado de tal manera en las estructuras del Estado que nadie tiene muy claro dónde empieza uno y termina el otro.

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Pero la expectación no está centrada sólo en el resultado, sino en lo que puede suceder una vez que durante la próxima madrugada, hora española, comiencen a conocerse los primeros resultados. En numerosas ocasiones anteriores, las cifras han variado sustancialmente respecto a las previsiones, o se han paralizado los recuentos, o las mesas han transmitido resultados diferentes a los que acababan de verificar. Eso sí, invariablemente siempre a favor de los mismos.

Fuentes del entorno de Lugo opinan que si la victoria del obispo se produce por más de seis puntos será incontestable, "en caso contrario puede pasar de todo". Y aunque hay encuestas que le dan al líder de la APC hasta 18 puntos de ventaja sobre la oficialista Blanca Ovelar, la transparencia del proceso está bajo la lupa de 5.000 observadores nacionales e internacionales que también controlarán las elecciones a Congreso, Senado y gobernadores.

Por eso no es de extrañar que los candidatos opositores hayan dedicado las horas de la jornada de reflexión a moverse para verificar que no se produzcan triquiñuelas. Para votar es necesario hacerlo en territorio paraguayo y miles de votantes residentes en Argentina han viajado en tren hacia su país. La mayor parte son sostenedores de Lugo, y en un claro gesto de apoyo al obispo el Gobierno de Cristina Fernández ha decretado que en Argentina mañana lunes es festivo para los ciudadanos paraguayos. El Gobierno de Nicanor Duarte lleva días denunciando la presencia de agentes extranjeros y ha amenazado con cerrar unas horas las fronteras. Así, Lugo se desplazó hasta una localidad fronteriza, consciente de que detrás de la medida está el impedir la entrada de sus votantes.

Mientras, el tercero en liza, aunque segundo en los sondeos, el ex general golpista Lino Oviedo, ha optado por dejar que la guerra de descalificaciones se centre entre sus rivales. Oviedo, quien protagonizó una asonada en 2000 y tuvo que refugiarse en Brasil y Argentina, se presenta como el hombre que hace falta para poner fin al desorden.

Carteles electorales en Asunción.
Carteles electorales en Asunción.AP

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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