Moratinos viaja a Libia para cerrar la crisis de los visados

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, acudirá hoy a Sirte (Libia), donde se reúne la Liga Árabe, para cerrar la crisis que desde hace casi tres años enfrenta a Suiza con el régimen de Gaddafi y que en los últimos meses ha envuelto al conjunto de Europa. Como presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero leyó ayer, al término de la cumbre de Bruselas, una declaración en la que, tras felicitarse por la decisión de las autoridades suizas de excluir de la lista negra de Schengen a 180 ciudadanos libios -incluida la familia y los principales colaboradores de Gaddafi- agregó: "Lamentamos los problemas que haya podido ocasionar a los ciudadanos libios afectados por esta medida". La frase, incluida ya en un comunicado que Exteriores difundió a primera hora, equivale a una petición de disculpas en términos diplomáticos y la leyó Zapatero a petición de Moratinos, quien quería acudir a Libia bien pertrechado para lograr que el régimen de Gaddafi cumpla su parte del trato.

Zapatero expresó su confianza en que la crisis se resuelva "en las próximas horas o días", para lo que es necesario que Trípoli elimine "de manera inmediata" las restricciones a la entrada en el país de ciudadanos europeos, a los que niega el visado, y que el empresario suizo Max Goeldi, encarcelado en Libia, "pueda regresar a su país a la mayor brevedad". Libia exige que un tribunal arbitral investigue la detención en Ginebra, en 1998, de Hanibal Gaddafi, uno de los hijos del líder supremo libio, y compensaciones por la publicación de las fotografías de su ficha policial en la Tribune de Genève, en septiembre pasado.

Aunque Hanibal Gaddafi, a quien dos empleadas domésticas denunciaron por malos tratos, quedó en libertad sin cargos, su padre consideró la detención una afrenta, lo que dio pie a una escala de represalias. Primero retiró más de 3.700 millones de euros de los bancos suizos y luego detuvo a dos empresarios de dicha nacionalidad, que estuvieron refugiados en la Embajada de la Confederación Helvética en Trípoli hasta que el mes pasado uno pudo salir del país y otro ingresó en prisión para cumplir una pena de cuatro meses. Suiza incluyó a la élite del régimen libio en la lista negra de Schengen, lo que no sólo les impedía entrar en dicho país, sino en cualquiera del espacio europeo sin fronteras.