Moratinos aspira a ser el 'ministro de Exteriores' europeo

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió ayer, por vez primera, que su ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, es candidato al cargo de Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE. A pesar de que el nombre de Moratinos se viene mencionando desde hace varias semanas, Zapatero se había negado hasta ahora incluso a comentar esa posibilidad. Ayer, sin embargo, en la conferencia de prensa conjunta con el presidente húngaro, Lászlo Sólyom, Zapatero mostró su satisfacción por el hecho de que Moratinos haya sido propuesto para dirigir la diplomacia europea.

Acto seguido agregó que "es un excelente ministro de Asuntos Exteriores", además de un gran colaborador, y que su deseo es que siga formando parte del Gobierno español. En la última cumbre de la UE, el Grupo Socialista Europeo incluyó a Zapatero en la troika encargada de negociar los nuevos cargos institucionales creados por el Tratado de Lisboa. Los socialdemócratas reclaman que el nuevo alto representante sea un miembro de dicha familia política, mientras que el presidente permanente del Consejo Europeo procedería del Grupo Popular.

Si lograra el puesto, descabalgaría de la Comisión a Joaquín Almunia

El nombre más citado es el del británico David Miliband, pero éste se ha descartado públicamente. Según algunas fuentes, su negativa se debe a que aspirar al puesto supondría dar por finiquitada la candidatura a la presidencia del Consejo de Tony Blair, que el primer ministro Gordon Brown sigue manteniendo contra viento y marea; según otras, Miliband se reserva para la política doméstica, ante el previsible recambio en el liderazgo laborista.

En cualquier caso, la exclusión de Reino Unido reduce drásticamente las posibilidades de cualquier aspirante, ya que el alto representante será también vicepresidente de la Comisión y, como tal, comisario único del país del que proceda. En otras palabras, un socialista procedente de un país con Gobierno conservador dejaría a éste sin representante de su color político en la Comisión Europea.

Es el caso del ex comunista italiano Massimo D'Alema, al que apoya en teoría el primer ministro Silvio Berlusconi, aunque nadie sabe si sólo se trata de un respaldo de cara a la galería o forma parte de un acuerdo para recomponer el entramado legal de la inmunidad que tiró abajo el Tribunal Constitucional de su país.

Fuentes de La Moncloa observan con cautela la candidatura de Moratinos y no sólo porque, en vísperas de la presidencia española de la UE, dejaría un importante vacío o porque descabalgaría de la Comisión a Joaquín Almunia, a quien Zapatero quiere mantener, sino también porque el debate gira en torno al presidente del Consejo y la decisión sobre el alto representante se ha quedado en segundo plano.

Zapatero, que ha tenido en los últimos días "contactos casi permanentes" con sus homólogos -entre otros, con los mandatarios de Alemania, Reino Unido, Italia, Grecia, Portugal, Polonia y Hungría, además de Suecia- quiere que el presidente del Consejo sea un político "europeísta, con peso político y al menos un conjunto de ideas para Europa".

Colaboradores del presidente admiten que el candidato que en este momento tiene más posibilidades, el primer ministro belga, Herman Van Rompuy, no destaca por su "peso político", pero admiten que tiene una característica de la que carecen casi todos los restantes: no suscita la oposición de nadie.