Merkel alerta en Baden-Württemberg contra los "experimentos políticos"
La canciller cierra la campaña electoral de la CDU con las encuestas en contra
La canciller Angela Merkel previno ayer contra los "experimentos políticos" en el land de Baden-Württemberg. La líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) llegó a Mannheim, la segunda ciudad del Estado federado, para cerrar la agitada campaña electoral y pedir el voto en las cruciales elecciones de mañana. Su partido gobierna el land ininterrumpidamente desde 1953. Los 1.300 simpatizantes que abarrotaban el salón de actos principal del Rosengarten de Mannheim la recibieron dando palmas a ritmo de tecno, en una atmósfera de entusiasmo un tanto forzada. No es para menos: las más recientes encuestas, como la publicada ayer por el semanario Focus, dan la victoria al tándem de verdes y socialdemócratas (SPD). Por primera vez en la historia se perfila la posibilidad de que un land tenga un Gobierno presidido por un verde.
Un ministro dice que el cambio en la política nuclear es un cálculo político
Según Focus, la CDU tenía esta semana una intención de voto del 38% en su bastión del suroeste, lo que sumado al 5% del renqueante Partido Liberal (FDP) no da para formar Gobierno. Los Verdes (25%) y los socialdemócratas alcanzarían una mayoría suficiente, con el 48% de los votos.
Un grupo de jóvenes democristianos tomados del brazo y vestidos de naranja formaron un pasillo de honor para la canciller. Hace dos semanas, una cadena de 60.000 personas se manifestaron en Baden-Württemberg por la desconexión nuclear de Alemania. Aquella protesta se llevó a cabo con el estremecimiento de la explosión en la central nuclear de Fukushima. El desastre desequilibró la balanza demoscópica entre la actual coalición CDU-liberales y el tándem de verdes y socialdemócratas. Si liberales y democristianos pierden el Gobierno de Stuttgart, la coalición que preside Merkel en Berlín sufrirá un golpe de consecuencias difíciles de predecir. De lo que no cabe duda es de que tanto Merkel como el líder liberal y ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, se verán en el ojo de las críticas.
Fuera del Rosengarten, docenas de policías vigilaban al centenar de personas que se manifestaban contra la política nuclear de Merkel. Otro de los temas de esta campaña electoral fueron las acusaciones de que el actual primer ministro, Stefan Mappus (CDU), alentó la brutalidad policial durante las masivas protestas contra la futura estación de tren de Stuttgart. El impopular proyecto de remodelación Stuttgart 21 enfrentó a Mappus con una parte considerable del electorado. Ayer, Mappus descartaba en Mannheim cualquier peligro de derrota.
El Gobierno de centro-derecha de Merkel decidió en 2010 alargar la vida útil de las centrales nucleares alemanas, cuyo cierre había sido sellado para 2021 hace nueve años por socialdemócratas y verdes. El FDP es el partido que más se significó en la reforma, pero precisamente Mappus fue uno de los adalides pronucleares más comprometidos. Como a Merkel, Fukushima le ha hecho cambiar de opinión.
Mappus explicó en una entrevista al Süddeutsche Zeitung cómo empezó a dudar de sus convicciones. Aseguraba que la alarma nuclear japonesa le llevó a "cambiar su punto de vista", lo mismo que a Merkel. Hay quien no les cree: entre los que han expresado sus dudas se cuenta nada menos que el ministro federal de Economía, Rainer Brüderle (FDP). En una reunión a puerta cerrada con la Confederación Alemana de Industria (BDI), Brüderle aseguró que la moratoria nuclear de tres meses sobre el alargamiento de la vida útil de las nucleares y el cierre "provisional" de siete de ellas se debe solo a un cálculo electoral del Gobierno en el que participa. El contenido de la reunión trascendió el jueves, con el consiguiente revuelo. Ayer dimitió por eso un directivo del BDI. Los daños a los partidos del Gobierno podrán cuantificarse mañana en el Parlamento de Stuttgart, 125 kilómetros al sur del mitin de ayer.
Aparte del color bermejo de sus fachadas nobles, Mannheim tiene poco en común con los parajes más célebres de Baden-Württemberg, como la región de Friburgo y la Selva Negra o la ciudad universitaria de Heidelberg. Con más de 300.000 habitantes, es la principal ciudad de la conurbación industrial del Rin-Neckar, con más de dos millones de habitantes. Tampoco en lo político tiene la roja Mannheim mucho que ver con las poblaciones pequeñas, tradicionalistas y acomodadas que son el sólido vivero de la CDU en el próspero land.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.