Líbano e Israel se enfrentan en la frontera
El intenso fuego cruzado entre los Ejércitos de ambos países causa cuatro muertos - El incidente es el más grave desde la guerra de 2006 entre los israelíes y Hezbolá
El fuego cruzado entre Israel y Líbano se saldó ayer con cuatro víctimas mortales en la zona fronteriza entre ambos países. Dos de ellos eran soldados libaneses y el tercero, un periodista de la misma nacionalidad. A última hora de la tarde, Israel confirmó también la muerte de uno de sus soldados y el estado crítico de otro. Se trata del enfrentamiento más grave desde que Israel declaró la guerra a Líbano en 2006 y el primero que implica al Ejército libanés. Hezbolá, el todopoderoso partido chií libanés que se enfrentó a Israel hace cuatro años, no participó ayer en las escaramuzas. La escalada verbal entre los Gobiernos a uno y otro lado de la frontera no se hizo esperar.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, consideró al Ejecutivo libanés "responsable directo" de la "violenta provocación", y amenazó con una respuesta contundente. "Israel ha respondido y seguirá respondiendo con vigor contra todo intento de violar la calma en su frontera norte". El primer ministro libanés, Saad Hariri, denunció lo que juzgó como una "violación israelí de la soberanía libanesa" y pidió ayuda a Francia para poner fin a "prácticas israelíes agresivas".
Netanyahu acusa al Gobierno libanés de ser "el responsable" de la "provocación"
Siria se apresuró a hacer causa común con Beirut en contra de Israel
Israelíes y libaneses intercambiaron durante el día de ayer acusaciones sobre quién desató las hostilidades en la frontera. Por un lado, el Ejército libanés indicó que "una patrulla enemiga de Israel cruzó la línea técnica en la frontera y el Ejército libanés procedió a repelerla con granadas". Las fuerzas israelíes respondieron entonces con artillería y disparos desde un helicóptero Apache. Todo empezó, según los libaneses, cuando los israelíes quisieron podar unos árboles dentro de la llamada línea azul, que separa Líbano de Israel, junto a la localidad de Adaysseh.
El Ejército israelí ofreció una versión diferente de los hechos: "Cerca del mediodía, las fuerzas armadas libanesas dispararon contra posiciones del Ejército israelí apostado a lo largo de la frontera libanesa en el norte de Israel. El destacamento se encontraba en territorio israelí y llevaba a cabo trabajos rutinarios de mantenimiento y se había coordinado con Unifil [la fuerza provisional de Naciones Unidas encargada de apoyar a las tropas libanesas y supervisar el cese de las hostilidades]". El Ejército israelí confirmó el uso por parte de sus tropas de armas ligeras, artillería y disparos desde un helicóptero y sostuvo en todo momento que el de ayer fue "un ataque premeditado". El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, anunció la presentación de una queja ante el secretario general y el Consejo de Seguridad de la ONU por considerar que se ha producido una violación de la resolución 1701 de Naciones Unidas, que puso fin a la guerra en 2006.
Neeraj Singh, portavoz de Unifil, indicó a última hora de la tarde de ayer que la situación estaba controlada, después de pedir a las partes "máxima contención".
El incidente hizo sonar en seguida todas las alarmas en la zona. Mientras el presidente libanés, Michel Suleiman, daba órdenes al Ejército de responder "a cualquier precio" a la agresión israelí, su homólogo sirio se apresuró a hacer frente común en contra de Israel. Anunció que Damasco estará junto a Beirut "ante la agresión criminal israelí" y sostuvo que "la agresión israelí prueba una vez más que Israel está haciendo todos los esfuerzos posibles para quebrar la estabilidad de la región". El Gobierno libanés se puso también en contacto con el Ejecutivo egipcio, la Liga Árabe y las autoridades turcas para estudiar fórmulas que eviten "nuevas agresiones israelíes".
Que israelíes y libaneses no consigan ponerse de acuerdo sobre si la presencia en los metros que separan la línea azul de la valla de seguridad constituye o no una violación y que la discrepancia se haya saldado con cuatro muertos, da una idea del momento de alta tensión que atraviesa la zona. El único motivo por el que hasta ahora no ha estallado una guerra abierta entre Israel y Líbano es porque las partes temen que la próxima confrontación sea aún más devastadora que las anteriores, teniendo en cuenta el supuesto rearme masivo de Hezbolá en los últimos cuatro años y las mortíferas consecuencias de la última incursión israelí en 2006, según sostiene un informe del centro de análisis International Crisis Group publicado esta semana. Son muchos los expertos a ambos lados de la frontera que coinciden con este análisis y que dudan de que sus países tengan intención de lanzar un ataque a gran escala de consecuencias regionales imprevisibles.
Ayer, Amos Harel, corresponsal de asuntos militares del diario israelí Haaretz, se preguntaba qué pasará en los próximos días, si Israel y Líbano serán capaces de evitar una escalada de la violencia. Se mostraba en su columna medianamente confiado de que el de ayer puede tratarse de un incidente aislado. Pero hablaba también de la posibilidad de que Hezbolá, pese a no haber participado en los choques, los utilice para desviar la atención política y mediática, centrada estos días en la supuesta participación de la milicia chií en el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri.
Israel puso fin en el año 2000 a 22 años de ocupación sobre el vecino Líbano. Los choques armados se produjeron ayer en la llamada línea azul, que marca la retirada israelí de hace 10 años y sirve de frontera entre los dos países.
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