Le Pen utiliza el origen inmigrante de Sarkozy para atacarle
El candidato ultraderechista agita la campaña con proclamas patrióticas y de seguridad
Jean-Marie Le Pen ha logrado protagonizar la recta final de la campaña francesa forzando debates en torno a sus temas favoritos: la inmigración, la patria, la bandera y la delincuencia. "Si yo fuera un francés que hubiera emigrado a Hungría, no se me ocurriría presentarme a las elecciones para presidente de la República húngara", dijo ayer el candidato ultraderechista recordando que su rival, el conservador Nicolas Sarkozy, es hijo de un inmigrante húngaro.
Le Pen cruzaba así una línea roja. Pero el líder del Frente Nacional aplica a Sarkozy una especie de ducha escocesa. Lo mortifica y lo alaba a partes iguales, porque en los últimos días ha repetido varias veces que está "dispuesto a hablar" con él, sugiriendo claramente una alianza y admite tener "posibles puntos de convergencia" con Sarkozy.
Le Pen se felicita de haber escrito el libreto de esta campaña, al menos de su tramo final. Todos los candidatos, asegura en una entrevista publicada ayer por el diario Le Figaro, vienen a su terreno: "Sarkozy viene a mi terreno; Ségolène Royal sigue a Sarkozy y todo el mundo corre detrás de mí, lo que prueba que yo tenía razón".
Por si fuera poco, está convencido de que pasará a la segunda vuelta y de que el ex ministro del Interior será su rival. "Creo que, razonablemente, si mis informaciones y mis intuiciones son justas, estaré en la segunda vuelta", dijo ayer en una entrevista con la cadena de televisión pública France 2.
Sarkozy piensa lo mismo. "Quiero ser completamente honesto: Ségolène Royal está más a la derecha que [el candidato socialista en 2002, Lionel] Jospin, yo estoy más a la derecha que
[el presidente, Jacques] Chirac". Pero matiza: "Finalmente, el único que está menos a la derecha que antes es Le Pen".
En cuanto a las invectivas en torno a su origen inmigrante, Sarkozy ironizó ayer en un mitin en Toulouse sobre la "apertura de espíritu" de Le Pen: "Después de haberme aconsejado presentarme en Hungría; después de haberme considerado un francés insuficiente, ahora va y dice que puede hablar conmigo. A esto le llamo yo apertura de espíritu, aceptar hablar con un inmigrante como yo. El señor Le Pen, progresa".
Royal, por su parte, parece atenerse a su promesa de no volver a entrar en ninguna pelea personal, después de la que le enfrentó a Sarkozy en torno a su supuesta laxitud respecto a los delincuentes y a los dolidos lamentos del candidato conservador por un insulto inexistente. Para desmarcarse de la trifulca reclama para sí "la fuerza serena" dejando entender que el ex ministro del Interior representa "la brutalidad". Royal ha vuelto a los temas estrella de su programa: el empleo, la carestía de la vida y la solidaridad. Ayer realizó, en compañía de su hijo Thomas, un viaje sentimental a la localidad de Chamagne, en los Vosgos, donde transcurrió su adolescencia y donde se empapó, dijo, "de la identidad rural profunda de Francia".
En una entrevista publicada ayer por el diario Libération, Sarkozy dijo que no veía ningún mal en tratar de arañar votos a la ultraderecha.
En un sondeo BVA publicado hoy, Le Pen sube dos puntos en la intención de voto de los franceses (y se sitúa en el 14%); Sarkozy pierde 1,5 puntos (28%) y Royal se mantiene estable (24%), al igual que el candidato centrista, François Bayrou (18%).
En una segunda vuelta entre Sarkozy y Royal ganaría el primero con el 55%, un punto más que el sondeo BVA de la semana anterior. Otra novedad es que se reduce el número de indecisos, pues el 71% de los entrevistados dice estar seguro de su elección en la primera vuelta, frente al 67% de hace una semana.
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