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Francia y Reino Unido impulsan una cumbre sobre Congo

Los ministros de Exteriores de Francia y Reino Unido, Bernard Kouchner y David Miliband, preparaban ayer contrarreloj en Tanzania una cumbre con la Unión Africana para intentar encontrar una salida permanente al conflicto de la República Democrática del Congo (RDC). A la reunión, que se celebrará en Kenia, han prometido su asistencia el presidente congolés, Laurent Kabila, y el ruandés, Paul Kagame, al que Kabila acusa de apoyar a la guerrilla tutsi que ha iniciado la ofensiva en el este del país.

Mientras tanto, hambrientos y asustados, decenas de miles de desplazados congoleños (unos 220.000 desde agosto, según la ONU) imploran protección. Los esfuerzos diplomáticos de europeos, estadounidenses y de la propia Misión de Naciones Unidas para Congo (Monuc) se concentran en evitar que la nueva rebelión tutsi degenere en una guerra abierta, como sucedió entre 1998 y 2003, un conflicto que implicó a nueve países africanos y dejó cuatro millones de muertos.

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El alto el fuego unilateral decretado la semana pasada por el general rebelde Laurent Nkunda se mantenía ayer. Al norte de Goma, la asediada capital de Kivu Norte, 70.000 personas se agolpan desesperadas en Kibati en busca de protección de los cascos azules de la Monuc, totalmente sobrepasados por la crisis.

Seis días sin comer

"Queremos regresar a nuestra aldea, pero sólo si tenemos seguridad. No he comido en seis días. Seríamos felices si Europa enviara sus tropas", asegura Rgwasa Nyakaruhije. Alrededor de ella, grupos de desplazados escuchan con los pies metidos en el barro.

"La necesidad urgente de alimentos, agua y techo debe ser cubierta a través de la movilización internacional asegurando las rutas que permitan el acceso a todo Kivu Norte", se dice en el comunicado conjunto emitido el sábado por Kouchner y Miliband, tras un recorrido por la zona.

Francia, en la presidencia de turno de la UE, propuso la pasada semana el envío de una fuerza de acción rápida, como hizo París en Bunia en 2003 para poner fin a una matanza entre hemas y lendus, un remedo de la lucha entre tutsis y hutus, ganaderos contra campesinos por el control de la tierra. Pero la idea del Gobierno francés no contó con el apoyo de los otros países europeos, que prefieren reforzar la Monuc, la misión más importante de paz de la ONU, con más de 17.000 soldados.

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