EE UU y México investigan la muerte del agente tiroteado
Los dos países aseguran que el incidente no afectará a la lucha conjunta contra el narcotráfico
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, telefoneó este miércoles a los padres de Jaime Zapata, el agente de Inmigración y Aduanas estadounidense asesinado en México en un ataque en el que también resultó herido un segundo agente. Según el nuevo portavoz de la Casa Blanca Jay Carney, Obama está siendo "constantemente informado de lo ocurrido".
La Casa Blanca asegura que los programas de colaboración entre México y Estados Unidos para la lucha contra el narcotráfico no se verán afectados por el incidente. Las autoridades estadounidenses colaboran con las mexicanas en la investigación y han puesto todos los recursos a su disposición, según Carney.
Además, la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y el secretario de Justicia, Eric Holder, han ordenado la creación de un grupo de trabajo entre los dos departamentos para investigar "a fondo" el incidente. Napolitano afirmó en un comunicado después del suceso de que los agentes estaban destinados a la Oficina de Aduanas de la Embajada de Estados Unidos en Mexico DF y que fueron disparados mientras se desplazaban de la ciudad hasta Monterrey.
Según la cadena de televisión Telemundo, los agentes no habrían sido atacados en un puesto de control de la autopista, como se creyó en un principio. De acuerdo con uno de los médicos que atendió al agente que ha sobrevivido, el vehículo de los estadounidenses habría sido atacado según avanzaba por la autopista en dirección a Monterrey.
Los agentes conducían un coche blindado con matrícula diplomática cuando detectaron que les seguían dos furgonetas. Desde una de ellas, los atacantes dispararon hasta que se salieron de la carretera. Según las fuentes consultadas por Telemundo, uno de los asaltantes abandonó su vehículo para disparar una vez más a cada uno de los oficiales, ya en la cuneta.
Esta información contrasta con los primeros datos que apuntaban a que los dos agentes habían sido robados o atacados durante uno de los falsos controles de tráfico que realizan los narcotraficantes en las autopistas. El asesinato se produce días después de que tres menores estadounidenses murieran a tiros en Ciudad Juárez, epicentro de la violencia que azota a México y que ha costado la vida a más de 34.000 personas.
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