Dimite el apoderado de la Fundación Madres de la Plaza de Mayo
La oposición del Gobierno argentino reclama una investigación sobre manejo de los fondos públicos
La repentina dimisión del apoderado de la Fundación Madres de la Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, al que dos diputadas de la oposición han pedido que se investigue formalmente por posibles irregularidades en el manejo de fondos públicos, ha provocado un fuerte escándalo en Argentina. La ONG, que preside Hebe de Bonafini, hizo público un comunicado según el cual no existe irregularidad alguna y Schoklender abandona la asociación para "llevar adelante un proyecto personal", versión que mantiene el interesado. Sin embargo, el portavoz parlamentario del grupo radical, Ricardo Gil Lavedra, aseguró que "existe una vehemente sospecha y una opacidad en el uso de recursos públicos".
El jefe del gabinete de Cristina Fernández, que actúa como su portavoz, declaró que la presidenta "no tiene que preocuparse por ese tema". "Si hay algo para investigar, lo hará la Justicia", aseguró Aníbal Fernández. La presidenta, al igual que su marido Néstor Kirchner, se ha caracterizado por su fuerte apoyo a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, hasta el extremo de incluir en el presupuesto nacional partidas para financiar sus actividades y proyectos.
Las primeras noticias publicadas en la prensa argentina hablaban de una fuerte discusión ente Sergio Schoklender y su hermano Pablo, que también tiene un cargo en la Fundación Madres de Mayo. Los dos han mantenido una estrecha relación, casi familiar, con Hebe de Bonafini, que les acogió y apoyó cuando salieron de la cárcel, tras ser acusados, y condenados, por el asesinato de sus padres en 1981. Mauricio Schoklender, ingeniero relacionado con la venta de armas, y su esposa Cristina, ambos de la alta burguesía porteña, aparecieron en el maletero de un coche, golpeados con una barra de hierro.
La posición de Madres de Plaza de Mayo es especialmente delicada porque Sergio y su hermano, Pablo Schoklender, son los creadores e impulsores de uno de los mayores proyectos de la fundación, la Misión Sueños Compartidos, que se encarga de la construcción de viviendas de inclusión social, tanto en Buenos Aires como en otras provincias de Argentina. Según los datos de la Fundación, Sueños Compartidos ha construido 4.800 viviendas, 6 hospitales, dos centros de salud y una guardería. Para ello ha contado con una fuerte ayuda económica de los sucesivos gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, que algunos diarios de Buenos Aires calculaban en más de 300 millones de dólares.
La oposición quiere que se investigue la relación entre dichas obras y una empresa de construcción que se llama Meldorek SA, que declaró el mismo domicilio fiscal que Sergio Schoklender. La denuncia presentada hace meses ante la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) advierte igualmente sobre operaciones inmobiliarias irregulares, especialmente la compra de terrenos e inmuebles en la localidad bonaerense de José C. Paz, realizada por Sergio Schoklender y formalizada en febrero de este año. La oposición se queja de que, pese a todos los datos reunidos, la fiscalía no haya abierto aun una investigación formal.
El movimiento Madres de la Plaza de Mayo nació en plena dictadura para reclamar información sobre los miles de desaparecidos y su imagen (mujeres con pañuelos blancos dando vueltas frente al palacio presidencial) despertó una profunda admiración y respeto, como símbolo de la resistencia contra el régimen militar y defensa de los derechos humanos. Con la llegada de la democracia se dividió en dos ramas, la que preside Hebe de Bonafini, muy próxima a los Kirchner, y la llamada Línea Fundadoras que dirigen Taty Almeida y Nora Cortiñas. Existe también la rama Abuelas de la Plaza de Mayo, que preside Estela de Carlotto, también muy cercana a los Kirchner, dedicada específicamente a localizar a los bebés hijos de militantes desaparecidos, que fueron dados ilegalmente en adopción, y en lograr que sus apropiadores sean juzgados y condenados.
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