Cientos de desaparecidos y decenas de muertos por las lluvias en Brasil
El desbordamiento de varios ríos deja a 80.000 personas sin cobijo
Las lluvias torrenciales de los últimos días han devastado numerosas ciudades y pueblos del noreste de Brasil y causado la muerte de al menos 41 personas mientras que otras 600 permanecen desaparecidas tras la rotura de una presa.
Las intensas lluvias caídas en los Estados de Alagoas y Pernambuco, en el noreste del país, han desbordado varios ríos, los cuales a su vez han inundado numerosos pueblos y dejado a 80.000 personas sin cobijo.
Han quedado arrasadas casas, puentes, calles, carreteras y vías de ferrocarril. Los bomberos encuentran muchas dificultades para rescatar los cuerpos arrastrados por la furia del agua y se teme que el número de víctimas mortales sea mucho mayor, ya que hay 600 desaparecidos.
Muchos municipios han sido declarados en situación catastrófica. Río de Janeiro ha enviado hospitales móviles para atender a los heridos y a los enfermos, ya que varios hospitales han quedado destruidos, mientras que São Paulo ha enviado alimentos y ropa. En algunos pueblos han desaparecido todos los documentos de las notarías, por lo que los ciudadanos se han quedado sin los documentos originales.
El 70% de la importante línea de ferrocarriles Transnordestina ha sido destruido y solo en el Estado de Pernambuco han quedado destrozados 1.449 kilómetros de carreteras, según declaró ayer el gobernador, Eduardo Campos. Además, los ríos desbordados han arrasado 70 puentes y miles de casas han sido literalmente arrastradas por las aguas.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que ha convocado un Gabinete de crisis integrado por nueve ministros, ha puesto 100 millones de reales (40 millones de euros) a disposición de los damnificados para las necesidades más urgentes. Los gobernadores de los Estados de Alagoas y Pernambuco, que se reunieron ayer con Lula, han pedido la ayuda del ejército para hacer llegar agua y alimentos a los damnificados que han tenido que abandonar sus viviendas.
En algunas ciudades de Pernambuco, como Barreiras y Palmares, que se encuentran entre las más afectadas, las escenas son espeluznantes ya que los ríos desbordados arrastran de todo: muebles, cuerpos de personas y animales y coches despedazados por la fuerza de las aguas.
"Hay ciudades que se han quedado como si hubieran lanzado una bomba atómica sobre ellas," declaró ayer el gobernador de Alagoas, Teotonio Vilela Filho, al diario O Globo.
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