Bolivia en busca de la Pachamama

Evo Morales es el primer indígena (o mestizo de alta graduación) en alcanzar la presidencia de Bolivia, aunque la única lengua que habla como propia es el castellano. El indio aymara llegó al poder en elecciones democráticas en 2005, y se halla en su segundo mandato. Su propósito es el de recuperar no solo la tierra sino el alma de la tierra para la autoctonía que lo habitaba antes de la llegada de los españoles, que vivían, según parece, en un socialismo natural. Es la entronización a un nivel simbólico y legal, con la justicia indígena, de la Pachamama, la 'madre tierra' del mundo indio, nunca del todo desplazada por la religión de los conquistadores.

Pero pronto se hizo a la conclusión de que con la prensa en propiedad de la minoría criolla, su revolución sería muy difícil o imposible. Por esa razón multiplica las presiones sobre la prensa de oposición que, a pesar de que con dinero venezolano se han fundado medios audiovisuales que le apoyan, es muy mayoritariamente opositora. Como subrayan los cables del Departamento de Estado hay una gran preocupación por los métodos del poder: exigir cuantiosos impuestos atrasados a los diarios menos complacientes o prorrumpir en furibundos ataques verbales del propio Morales, no contra los informadores, como subraya el presidente, sino contra los propietarios de los medios. Y la última gran ofensiva consiste en la aprobación de una ley contra el racismo concebida de tal manera que casi todo puede caer dentro de sus peligrosas previsiones, de forma que la eventual sanción contra esas declaraciones o actitudes que se consideren racistas puede alcanzar al propio informador; eso es lo que siempre se ha llamado 'matar al mensajero'.

Evo Morales pretende reunir -y hay quien dice que ya los tiene todos- los diferentes resortes del poder. Así, entrará en vigor a comienzos de 2011 una ley por la que todos los jueces serán elegidos por voto popular. La medida quiere ser democratizadora y que aproxime el aparato judicial al ciudadano, pero la mayoría indígena y mestiza ha dado hasta ahora sistemáticamente una clara mayoría a Morales no solo en la elección de las cámaras sino en todas sus iniciativas, con lo que cabe dar por descontado que la próxima judicatura será dócil instrumento en sus manos. Pero ¿tiene derecho una mayoría a tiranizar a una minoría solo porque reúna más votos? A Estados Unidos no le preocupaban, sin embargo, los estragos en la libertad de expresión cuando nacían de regímenes inmaculadamente anticomunistas, como en la propia Bolivia de los golpes de Estado militares.

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