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Blair justifica la guerra de Irak aunque no se encuentren armas de destrucción masiva

El primer ministro británico ha instado a Washington a basar su relación en la "persuasión y no en el mando"

El primer ministro británico, Tony Blair, ha expresado esta noche ante el Congreso de EE UU su total convicción de que la invasión de Irak estuvo plenamente justificada y ha sugerido que la historia entenderá la caída de Sadam aunque no se encuentre una sola arma de destrucción masiva. A su vez, instó a Washington a trabajar para "basar su asociación con Europa sobre la base de la persuasión y no del mando".

Blair ha dicho que está convencido, "con cada fibra de instinto y convicción," de que hubo motivos para derrocar por la fuerza al ex presidente iraquí Sadam Husein, y ha añadido: "si estamos equivocados, habremos eliminado una amenaza que era responsable de una matanza inhumana".

El reto de Blair

El primer ministro británico enfrenta un difícil reto en esta visita: presentarse a sí mismo como uno de los aliados más confiables de Estados Unidos sin por ello ser acusado de "perro faldero" de Bush, tal y como ya le llaman varios medios de comunicación británicos. Vista la escasa popularidad de la que goza Blair en su país, esta nueva cumbre con Bush entrama muchos riesgos para su delicada imagen.

Tampoco ayuda que las armas de destrucción masiva sigan sin encontrarse en Irak y la acusación falsa de que Sadam Husein estaba tratando de comprar uranio en Níger se esté revirtiendo sobre el estadounidense y británico. "¿Podemos estar seguros de que algún día los terroristas recurrirán a las armas de destrucción masiva?", se preguntó Blair durante su discurso. "Déjenme asegurarles que, aunque nos equivoquemos, habremos destruido una amenaza que al menos es responsable por atrocidades inhumanas y sufrimiento."

La única discrepancia

Como única nota discrepante con la administración Bush, recordó que es importante luchar con aliados y no ir solo por el mundo. Para ello, dijo, es necesario una fuerte alianza con Europa, incluso con aquellos países que se opusieron a la guerra. "Son nuestros aliados, y los suyos. Por lo que no renuncien a Europa. Estados Unidos tiene que convencer a Europa de ser su aliado con persuasión, no dando órdenes".

En su discurso también trató la guerra contra el terrorismo, el proceso de paz en Oriente Próximo, la necesidad de erradicar la pobreza y las enfermedades en Africa, la búsqueda de una mayor responsabilidad medioambiental y la defensa del libre mercado. "El terrorismo no será derrotado sin que haya paz en Oriente Próximo", recalcó.

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