La explosión de una pirotécnica provoca una tragedia en Sevilla
El accidente derrumba un edificio y deja cuatro muertos y un herido grave
La localidad sevillana de Benacazón, situada a 23 kilómetros de Sevilla, se convirtió ayer en escenario de un drama que conmocionó a sus habitantes. Cuatro hombres murieron y uno resultó herido con quemaduras muy graves en la explosión de la fábrica de pirotecnia Virgen de las Nieves. Uno de los fallecidos es copropietario de la factoría. El módulo donde se produjo el incidente quedó destrozado. Era donde se confeccionaban artefactos. El estallido tuvo una fuerza tal que se oyó en los pueblos cercanos.
La explosión se produjo hacia la una de la tarde. Vecinos de Benacazón vieron una enorme columna de humo que salía de las instalaciones de la fábrica y se temieron lo peor. Inmediatamente pidieron ayuda, ya que daban por hecho que podría haber víctimas.
El estallido fue tan potente que se oyó en los pueblos cercanos
Los bomberos tuvieron que retirar los escombros para rescatar los cuerpos
Los fallecidos son menores de 45 años y dejan varios huérfanos
En la comarca hay muchas empresas familiares de fuegos artificiales
La fábrica de pirotecnia se halla a muy pocos kilómetros del centro de Benacazón. El siniestro llenó de amargura a muchos vecinos de la localidad, un pueblo de algo más de 6.000 habitantes.
"Hacia la una de la tarde, hubo una llamada que informaba de la explosión de un polvorín con material almacenado", explicó Antonio Pachón, asesor técnico del Servicio de Emergencias 112. "No se sabe el motivo de la deflagración. Se está investigando cuáles eran las medidas de seguridad de la fábrica. Los bomberos han corrido riesgo, porque tras la deflagración siguieron otras explosiones", agregó el asesor técnico del Servicio de Emergencias 112.
La explosión movilizó a varias decenas de bomberos, guardias civiles, policías locales y sanitarios. Los bomberos procedían de los parques de Mairena del Aljarafe, Pilas y Sanlúcar la Mayor. "Había entre 20 y 30 bomberos", precisó Pachón.
La nave se derrumbó. Los bomberos quitaron los escombros para rescatar los cadáveres y al herido, que se encuentra en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla. No está del todo claro todavía si el herido era operario o visitaba la fábrica. El incendio no fue extinguido hasta cerca de dos horas después de la explosión.
Mucha gente del pueblo se vino abajo cuando se enteró de la noticia. Las imágenes de las decenas de personas que llegaban al lugar eran muy tristes. El sol caía de plano. Un adolescente fuerte como un toro no paraba de llorar. Una mujer de 70 años gritaba mientras una chica agitaba a su lado un trozo de cartón a modo de abanico. "¡Ay, qué dolor más grande!", gritaba la mujer. Una chica le ofrecía una botella de agua para aliviarla.
Grupos de veinteañeros con camisetas y bermudas se apoyaban contra un muro con rostro patibulario. Chicas con pantalones que les llegaban hasta las pantorrillas y chanclas se abrazaban unas a otras. El ambiente parecía caldearse entre los sollozos, los gritos y la afluencia de vecinos y periodistas. Uno de los jóvenes se abalanzó contra un cámara de televisión. Había mucha tensión.
La Guardia Civil mantenía acordonada la zona, con lo que era imposible el acceso a la factoría. Victoriano Adame, de 52 años, se movía por el lugar con expresión entristecida. "Mi abuelo murió igual. Aquí, en Benacazón, los fuegos artificiales son una tradición. Las fiestas de Benacazón no serían las mismas si no hubiera fuegos artificiales. En Benacazón se fabrican productos de pirotecnia para Valencia, Madrid y, sobre todo, Andalucía", comentó Adame, que trabaja en una fábrica de alimentación. "En el pueblo somos todos familia", agregó para explicar la conmoción que le rodeaba. La gente se abrazaba, formaba corros, se sentaba abatida bajo los árboles o buscaba la soledad para rumiar su tristeza.
De la fábrica se sacaron varios sacos cargados con artefactos que no llegaron a estallar. Tras la recogida de todos los explosivos, la Guardia Civil prevé iniciar la investigación sobre el origen de la tragedia.
Fuentes municipales confirmaron que la factoría se halla junto a otra de similares características y explicaron que todo el personal que trabajaba en la fábrica residía en la localidad. "Esto es terrible para el pueblo. El accidente ha afectado mucho al pueblo porque los fallecidos, menores de 45 años, tienen niños pequeños", afirmó la alcaldesa de Benacazón, Juana María Carmona (PSOE). El consistorio celebró anoche un pleno extraordinario en el que se declararon tres días de luto. Los cuatro fallecidos recibirán sepultura mañana sábado.
Benacazón es una localidad del Aljarafe sevillano, comarca en la que hay numerosas empresas familiares dedicadas a la fabricación de material para fuegos artificiales. Un representante de esta industria explicó que se trata de una tradición y que no hay grandes factorías. Alguien apuntó la posibilidad de que el calor en la zona los últimos días (con picos de 38 grados) hubiera afectado al material. El industrial, que rechazó identificarse, fue taxativo: "Este oficio siempre es un peligro".
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