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Reportaje:Las otras fugas | LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Las evasiones, una especialidad ocasional de ETA

La policía teme que Félix Alberto López de Lacalle, 'Mobutu', haya vuelto a la dirección del organigrama tras su huida

La organización terrorista ETA tiene un notable historial de fugas. No ha organizado con éxito muchas operaciones de evasión, pero sí algunas sonadas. La última, el pasado mes de agosto, cuando Ismael Berasategi Escudero se hizo pasar por su hermano José Antonio, durante una de las visitas de este último a la prisión parisina de La Santé, y consiguió de este modo abandonar tranquilamente el recinto carcelario.

En noviembre de 2000, Félix Alberto López de Lacalle, Mobutu, considerado el número dos del organigrama de ETA, había logrado escapar del hotel de Aubusson donde se encontraba en residencia vigilada.

Berasategi Escudero, de 32 años, había sido arrestado por la policía francesa en Annonay, cuando con otro presunto terrorista intentaba robar un Renault 19. La policía sospecha que había huido a Francia tras la desarticulación en diciembre de 2001 del comando que colocó cinco coches bombas, en los aeropuertos de Málaga y Madrid, y en las poblaciones de Gandía (Valencia), Getxo (Vizcaya) y Salou (Tarragona). Al ser descubiertos por la policía francesa, el otro terrorista huyó junto con una tercera persona que esperaba en un Ford Mondeo robado. Berasategui pudo ser detenido y se le incautó una pistola.

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La desarticulación del comando legal itinerante Behorburu se produjo el 18 de diciembre de 2001 en Guipúzcoa, por el Cuerpo Nacional de Policía. El comando estaba encargado de colocar y explosionar coches bomba. Se le considera responsable de la colocación de los que estallaron en 2001 en los aeropuertos de Málaga y Madrid (el 26 de julio y 27 de agosto, respectivamente); en Gandía (18 de marzo); Getxo (22 de enero de 2001) y Salou (18 de agosto de 2001).

Ismael Berasategi recibió el pasado 17 de agosto, sábado, una visita de su hermano José Antonio, de 34 años, es decir, dos más que él, y de un gran parecido físico. Berasategi estaba recluido en la prisión parisina de La Santé, con bastante más de un siglo de antigüedad en sus muros. La entrevista se celebró en una cabina sin reja separadora entre recluso y visitante. Los dos hermanos dedicaron los 45 minutos de que disponían a intercambiar ropa y documentación y modificar sus respectivos peinados.

Acabada la entrevista, Ismael, el preso, abandonó la prisión como cualquier otro visitante. José Antonio se incorporó al patio, con los demás reclusos. El jueves siguiente hizo llegar un escrito al director de la prisión para notificarle que había suplantado a su hermano, lo que se comprobó al tomarle las huellas dactilares.

El ministro de Justicia francés, Dominique Perben, se preguntó al conocerse la noticia cómo había podido producirse semejante evasión, con un presunto terrorista saliendo de la cárcel con toda tranquilidad y amablemente saludado por los encargados de vigilar la puerta. El ministro ordenó la apertura de una investigación detallada previa a la adopción de medidas "para que nunca se repita un caso como éste".

Por su parte, Félix Alberto López de Lacalle, Mobutu, fue detenido en Tolón (Francia) el 17 de noviembre de 1994, junto con Pilar Zabala Mondragón, José María Olabarrieta Olabarrieta, Jesús María Zabala Muguira y Jesús María Altable Echarte. Los cuatro estaban siguiendo un cursillo de especialización operativa dirigido por Mobutu.

López de Lacalle era el responsable de la logística de ETA, y junto con Iñaki de Rentería constituía el aparato militar de la cúpula de la organización. El resto de la dirección estaba formada entonces por Mikel Albisu Iriarte, Antza, responsable del aparato político, y José Michelena, encargado de la infiltración en España de comandos.

Mobutu estaba huido en Francia desde 1981. Contra él existen tres reclamaciones judiciales: una orden de búsqueda y captura del Juzgado Central número uno, por asesinato; una segunda del mismo juzgado, por robo, estragos y colaboración con banda armada, y una tercera del juzgado número tres, por terrorismo.

La Audiencia Nacional tiene abierto un sumario contra López de Lacalle en relación con el asesinato, cometido el 14 de diciembre de 1978, del industrial Saturnino Sota Argaiz, en la calle de Cuchilleros, de Vitoria.

Juzgado en París en marzo de 1998, el tribunal le condenó el 30 de abril a siete años de prisión. Cumplida la condena en Francia, quedó en libertad y las autoridades francesas decidieron el 6 de julio de 2000 que no fuera expulsado a España, aunque se le designó un lugar de residencia obligatoria, cerca de París, con la prohibición de viajar, hasta que un tribunal de Versalles decidiese sobre su entrega a las autoridades de Madrid.

El Tribunal Administrativo de Versalles informó el 27 de septiembre de 2000 de su decisión de anular la orden de expulsión a España. López de Lacalle pasó a vivir entonces en régimen de residencia vigilada en un hotel de Aubusson, en el departamento de Creuse, en el centro de Francia.

Pero durante la madrugada del 13 de noviembre de 2000, Mobutu logró escapar del hotel donde se encontraba recluido, vigilado por cuatro agentes. La policía francesa informó de que se había marchado a las tres de la madrugada por el procedimiento de descolgarse desde la ventana de su habitación, en el décimo piso. Para ello, utilizó una técnica clásica en materia de evasiones, anudar una cuerda con prendas de vestir y ropa de cama.

La policía española considera muy probable que Mobutu haya vuelto a la actividad dentro del organigrama de la banda terrorista. Mes y medio después, Faustino Villanueva Herrera, Txapu, al que se consideraba responsable de seguridad interna de ETA, huía también de un piso donde estaba en residencia obligada en Vic-sur-Cère.

Pero si hay una fuga rocambolesca en la historia de ETA es la de Iñaki Picabea y Joseba Sarrionaindia de la prisión de Martutene, en San Sebastián. El 7 de julio de 1985, Mikel Albisu, Antza, logró esconder a ambos en sendas cajas acústicas empleadas para un recital del cantante Imanol -ignorante de la argucia- y sacarlos en una furgoneta por la puerta grande de la cárcel.

Patio de la prisión de La Santé, en París, de la que consiguió escapar en agosto pasado Ismael Berasategi.
Patio de la prisión de La Santé, en París, de la que consiguió escapar en agosto pasado Ismael Berasategi.EPA

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