La esposa y la hija de Roca dicen que están procesadas por el parentesco

Y al tercer día, José Godino sacó el genio. El apacible presidente de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Málaga mostró ayer su rostro más severo en el juicio por el caso Malaya. Eran casi las dos de la tarde y tomaba la palabra Alonso Fernández, abogado de la procesada Rosa Jimeno, esposa de Juan Antonio Roca, el supuesto cerebro de la trama de corrupción en Marbella. Tras una mañana en la que los letrados se habían mantenido muy centrados en cuestiones técnicas, Fernández rompió la tónica y se lanzó a un enésimo ataque contra el juez instructor de la causa, Miguel Ángel Torres. "Hizo un magnífico auto de intervención del teléfono de mi defendida, totalmente estereotipado y basado en elucubraciones y fantasías policiales", dijo el letrado.

El presidente del tribunal saca el genio en la tercera jornada del juicio

Roca fue sentado en el banquillo junto a Corulla, su "chica en Madrid"

La invectiva fue saludada con risas indisimuladas por parte de alguno de los 94 acusados presentes en la sala. En ese punto, Godino, un magistrado que ha dado enormes facilidades a las defensas con el fin de celebrar el juicio con más acusados de la historia judicial española, se hartó. "Veo que un sector de los procesados tiene unas ganas insospechadas de reír. Esto es serio, es un tribunal de justicia. Si tienen ganas de reír, salgan ustedes de la sala, rían lo que quieran y vuelvan". Por supuesto, nadie salió de la sala, en la que Roca fue sentado al lado de la presunta testaferro Montserrat Corulla, a la que se refería como "su chica en Madrid". Ambos intercambiaron algunas palabras en el banquillo en los momentos previos al juicio.

En la sesión de ayer, la tercera de las 12 previstas para el estudio de las llamadas cuestiones previas, participaron 12 letrados, que representan a algunos de los testaferros menores de Roca, y a la esposa y la hija del ex asesor urbanístico marbellí. Todos ellos coincidieron en su petición de fondo: la nulidad radical de las actuaciones judiciales en el mayor caso de corrupción municipal conocido en España.

Luego cada uno expuso sus matices: Luis Javier Sánchez, letrado de María, la hija mayor de Roca, afirmó que su cliente, acusada de blanqueo de capitales -ingresó 83.000 euros de billetes de lotería premiados que supuestamente compró Roca-, se sienta en el banquillo simplemente por su parentesco. "Se está rescatando el antiguo derecho germánico en el que se decía que había una corrupción de la sangre y que si una de las personas de la familia había cometido un delito, la pena la podía pagar cualquiera de los miembros de la familia".

En cuanto a los testaferros de segunda fila -aquellos que el fiscal sitúa fuera de la "empresa criminal" de Roca, pero que conocían el origen ilícito de los fondos que manejaban- sus defensas se quejaron de la "vulneración de derechos fundamentales" durante todo el proceso. Casi todos eludieron el ataque al juez Torres: "Lo importante no es la actuación del juez, sino el veneno que lleva en sí el procedimiento, que tilda y tacha de nulidad todo lo actuado", sostuvo el letrado Juan García Alarcón.

Otro protagonista de la jornada fue José María Mellado. Este supuesto testaferro se ausentó sin permiso del juicio, para enfado del presidente Godino: "Que mañana [por hoy] se presente a las diez sin ninguna excusa", conminó el magistrado a su abogado, Juan Carlos Martínez.