Subcontrata de asesinos
Cómo cometer un delito de asesinato terrorista sin ser terrorista
¿Puede alguien que no es terrorista cometer un delito de asesinato terrorista? La Audiencia Nacional, que nunca defrauda, ha incurrido en una aparente incoherencia al condenar a 32 años de cárcel a Gurutz Agirresarobe por el atentado contra Joseba Pagazaurtundua, militante del Partido Socialista de Euskadi y sargento de la policía local de Andoain (Gipuzkoa), fallecido el 8 de febrero de 2003 de cuatro disparos en la cabeza. Y, sin embargo, en la misma sentencia, los magistrados han absuelto al asesino de pertenencia a banda terrorista. ¡Como si ETA encargara sus crímenes a una subcontrata!
La prueba del algodón, en este caso ha sido el ADN que el autor de los disparos dejó en una taza de café con leche que había consumido minutos antes de tirotear por sorpresa al indefenso Pagazaurtundua. El asesino no fue reconocido por los tres testigos que había en el bar en aquel momento, ya que cubría parcialmente su cara con un pasamontañas. Sin embargo, la huella genética hallada en la taza coincidió con las que dejó en otras dos botellas de agua de las que bebió Agirresarobe, lo que ha determinado que sea condenado dada la remotísima probabilidad de error.
Y, en realidad, los jueces no han dicho que el acusado no sea de ETA, sino que no hay pruebas de que lo sea, o que su "vinculación es tenue", ya que en el registro de su domicilio, cuando fue detenido le ocuparon casi 6.000 euros, procedentes de las recaudaciones en una txosna (caseta de fiestas) para ayuda a los presos de ETA.
Agirresarobe jugaba en el equipo de rugby de Hernani junto con los etarras Beinat Aginagalde y Joanes Larretxea, y aunque en principio se pensó que formaba parte del mismo comando que ellos, ese extremo nunca pudo ser acreditado.
En 2003 tuvo una cita con Jon Lizarribar, que en 2010 fue arrestado en Francia como miembro de ETA. Además, Agirresarobe en aquella época era pareja de Aitziber Ezkerra que fue detenida como colaboradora de la banda, aunque luego fue absuelta. En las declaraciones de la exnovia figura que "antes de ser detenida en 2003, Gurutz le confesó que había pertenecido a un grupo que había acabado mal porque ellos (los del grupo) querían trabajar de forma independiente y la organización (ETA) les dijo que tenían que irse de liberados, negándose ellos". La expareja puntualizó que Agirresarobe "no le dijo quiénes formaban el grupo ni que ekintzas (acciones) habían realizado". Existe algún indicio más contra él, como que había sido condenado en 2005 por delitos de atentado, lesiones, amenazas condicionales y daños, al golpear a un ertzaina, pero al tribunal no le parece suficiente como para considerar que el asesino de Pagaza estuviera implicado en la estructura de ETA.
Cualquiera podría pensar desde la lógica que la prueba evidente de que Agirresarobe era miembro de ETA al menos en 2003, que realizó el atentado, como prueba su ADN, puesto que fue la propia ETA la que lo reivindicó en un comunicado que se publicó en varios diarios del País Vasco. Y, que se sepa, la organización terrorista nunca ha subarrendado sus crímenes a sicarios colombianos ni concede patentes de corso a independientes para que le realicen el trabajo sucio. Así que, con toda probabilidad, Agirresarobe era miembro de ETA y presumiblemente todavía lo es.
Pero resulta que, a diferencia de lo que suelen hacer muchos etarras con varias causas pendientes, que no reconocen al tribunal y renuncian a la defensa, Agirresarobe negó la mayor. Dijo que nunca había estado en el bar Daytona, donde se cometió el atentado y que tampoco bebía café.
Lo que ocurre es que el ADN es testarudo, más incluso que las huellas dactilares, por lo que deja poco lugar a la duda, al margen de la apariencia de asesino que un acusado pueda tener.
Además, a veces, los humanos llegamos a la convicción de las cosas por aspectos que no siempre puede utilizar un tribunal como prueba. Ya saben, si ladra como un perro y tiene forma de perro, es que debe ser un perro. Aguirresarobe se presentó en la Audiencia con José María Elosua de abogado. Por supuesto que el letrado tiene muchos clientes, pero en la Audiencia se le conoce desde hace muchos años por ser abogado de etarras. Si hubiera ido con otro defensor quizá hubiera conseguido sembrar la duda.
Así que el tribunal le ha condenado al máximo tiempo efectivo de prisión, 30 años, por lo que la absolución por pertenencia a banda terrorista es irrelevante.
Zuria eta botilan, que es como se diría en euskera "blanco y en botella".
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